La embajadora Miroslava Rosas muestra su sorpresa tras recibir la felicitación navideña de Benedicto XVI

La embajadora de Panamá en el Vaticano fue entrevistada antes de la muerte del Papa emérito por la corresponsal de COPE Eva Fernández para compartir sus vivencias con Ratzinger

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La embajadora Miroslava Rosas muestra su sorpresa tras recibir la felicitación navideña de Benedicto XVI

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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La embajadora de Panamá en la Santa Sede, Miroslava Rosas ha asegurado sentirse alucinada por haber recibido la felicitación navideña de Benedicto XVI. Una historia que ha compartido estos días en la Basílica de San Pedro con los periodistas, y que ha demostrado con una carta firmada por el Papa emérito.

“El Papa emérito Benedicto XVI te desea un nuevo año sereno, lleno de paz y de gracia celestial”, se puede leer en la misiva del Joseph Ratiznger dirigida a Miroslava Rosas.

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La corresponsal de COPE en Italia y el Vaticano, Eva Fernández, tuvo la oportunidad de entrevistar a la embajadora panameña en la Santa Sede antes del fallecimiento de Benedicto XVI, en la que dio a conocer su experiencia con el Papa emérito ya durante su etapa en Mater Ecclesiae, ya que Rosas fue designada embajadora vaticana en la etapa de Francisco.

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Esos detalles que ha tenido el Papa Benedicto con usted, a lo largo de su vida en Roma, se puede demostrar y confirmar que el Papa tenía una humanidad increíble, ¿verdad?

Realmente el Papa Benedicto XVI es un ser extraordinario y yo le presenté credenciales el 25 de septiembre del 2014. Cuando caminaba hacia el despacho del Santo Padre yo le manifesté a monseñor Gänswein el deseo mío y de los obispos panameños de poder tener un encuentro con él. Yo le dije: “sé que no es fácil, pero sé que no es imposible”. Y el 18 de noviembre, menos de dos meses después, yo tengo el primer encuentro con el Papa Benedicto XVI.

Yo tenía otra idea de él, realmente, pero cuando yo lo conozco y veo sus ojos y la profundidad, realmente, su mirada me llegó al alma y me di cuenta que era una persona muy especial, y que esa idea que yo tenía de él no era. Y desde entonces yo comencé a tener una relación de cercanía con él, a través de distintos gestos. En esa visita yo llevé mi Virgen para que él también me la bendijera y para poder rezar una oración con él.

En un segundo encuentro, yo tengo la bendición de que él bendice a mi primera nieta. Nos reunimos en los Jardines Vaticanos, ya te he enseñado las fotos de ese encuentro, realmente agradezco mucho pues a monseñor Gänswein, la oportunidad que me dio de poder ir con mi hija, con mi nieta que acababa de nacer y le hizo un regalo muy especial. Y sigues dando muestras de humanidad este Papa emérito que está en los confines del Vaticano, pero con un corazón muy grande.

Yo después volví con el presidente de la República, nos recibió en su casa, con la familia, y en otra ocasión con la vicepresidenta que también era canciller. Y he tenido gestos con él para Navidad y para Pascua, y todos los años desde que yo llegué a Roma, desde el 2014, yo recibo una tarjeta de Navidad y una tarjeta de Pascua, recibía, del Santo Padre Benedicto: me mandó un libro, me mandó osea detalles.

Yo creo que he sido muy afortunada y muy bendecida, que una persona tan grande como él haya tenido estos detalles con una persona que ni siquiera le presentó credenciales, que lo conocí después y he podido pues, a través de todos estos años, mantener esa cercanía de un hombre bueno, de un hombre noble, de un gran Papa y la historia lo sabrá poner en el lugar que le corresponde.

Embajadora, ¿es consciente de que probablemente estoy segurísima de que ningún otro miembro del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, ha tenido esta posibilidad de mantener este contacto durante todos los años. Me recordaba antes que el Papa Francisco ha hablado en muchas ocasiones de que Benedicto XVI es como tener al abuelo en casa.

Esa es la impresión que yo he sentido todos estos años, la de un abuelo. La verdad es que, el cariño que él transmite, es como del abuelo en casa, definitivamente que sí, estamos de acuerdo.

Y estoy convencida de que no sé si en algún momento ha tenido la ocasión de hasta de sentirlo, porque conociéndola a usted...

Bueno, yo no sé si lo debo decir o no pero un día yo le dije: “usted me permite darle un abrazo” y él me dijo “si” y yo le di un abrazo fuerte, como el abrazo del abuelo. Entonces, realmente tengo hasta esa bendición todavía.

Usted personalmente, ¿cómo va a recordar al Papa Benedicto? Un poco nos lo ha contado, pero ¿cuál va a ser el recuerdo que va a permanecer siempre en su corazón y en su cabeza, cuando a los nietos, cuando cuando cuente sobre su contacto con Benedicto XVI?

Yo pienso que la historia, el mundo ha tenido el Papa que le corresponde en cada época de la historia, y definitivamente el Papa Benedicto fue un gran teólogo y fue el papá de la transición, entre el gran Papa Juan Pablo II, santo hoy, a quien también tuve la oportunidad de conocer, ya viste las fotos, y el papado de Francisco. Entonces fue el papá de la transición, pero un gran teólogo. Un gran Papa que nos ha dejado sus enseñanzas, nos ha dejado su su legado. Un Papa tierno, por lo menos, en esta etapa de su vida. Y sabrá Dios si el día de mañana tendremos también un Santo Papa.

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