Felipe VI: "Benedicto XVI lideró la Iglesia con una extraordinaria vocación de servicio, humildad y entrega"
El monarca envía un telegrama de concolencias al Papa Francisco en su nombre "y en el del gobierno y pueblo español" por el fallecimiento del Papa emérito
Madrid - Publicado el - Actualizado
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"Benedicto XVI nos deja el fecundo legado intelectual y espiritual de su magisterio, lideró la Iglesia Catolica con una extraordinaria vocación de servicio, humildad, entrega y amor". Con estas palabras, Su Majestad el rey de España Felipe VI ha querido dirigirse al Papa Francisco para expresarle sus condolencias por el fallecimiento del Papa emérito, que se ha producido este sábado 31 de diciembre a las 9.34 de la mañana.
"En nombre del gobierno español"
En el texto, el monarca quiere transmitir en su nombre "y en el del gobierno y en el del pueblo español" el testimonio "de nuestro más sentido pesar".
Los viajes a España
"Guardamos, con profundo sentimiento, el recuerdo del cariño con que siempre distinguió a España en sus visitas a Valencia, Santiago de Compostela, Barcelona y Madrid", ha indicado el monarca español en su telegrama.
De hecho, fueron los entonces príncipes Felipe y Letizia quienes recibieron al Papa Benedicto XVI a los pies de la escalerilla cuando viajó del avión que aterrizó en el viaje a Santiago de Compostela. Tras la ceremonia de bienvenida, mantuvo con ellos un encuentro privado.
"Vengo como peregrino en este Año Santo Compostelano y traigo en el corazón el mismo amor a Cristo que movía al Apóstol Pablo a emprender sus viajes, ansiando llegar también a España. Deseo unirme a esa hilera de hombres y mujeres que, a lo largo de los siglos, han llegado a Compostela desde todos los rincones de la Península y de Europa, e incluso del mundo entero, para ponerse a los pies de Santiago y dejarse transformar por el testimonio de su fe", reivindicó el pontífice en ese viaje.
España, junto con Alemania, fueron los países más visitados por Benedicto XVI, fallecido este sábado 31 de diciembre a los 95 años, ante sus casi ocho años de pontificado, con tres visitas cada uno de ellos. En el caso de España, el entonces pontífice viajó a Valencia; posteriormente, a Barcelona y Santiago de Compostela, y, finalmente, a Madrid.