Kirill de Moscú, sobre Benedicto XVI: «En su pontificado las relaciones se desarrollaron considerablemente»

El patriarca ortodoxo ruso afirma que fue «testigo de su profundo amor por el cristianismo oriental»

Kirill de Moscú, sobre Benedicto XVI: «En su pontificado las relaciones se desarrollaron considerablemente»

Redacción Religión

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El patriarca Kirill de Moscú ha tenido un recuerdo agradecido del Papa Benedicto XVI, fallecido cristianamente en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano en la mañana del pasado 31 de enero. Su «incuestionable autoridad como eminente teólogo —dice el dirigente eclesial en un mensaje de condolencias dirigido al Papa Francisco le permitió contribuir significativamente al desarrollo de la cooperación intercristiana, al testimonio de Cristo ante un mundo secularizado y a la defensa de los valores morales tradicionales».

La máxima autoridad de la Iglesia ortodoxa rusa recuerda que tuvo ocasión de encontrarse con él en Roma en varias ocasiones y que fue «testigo de su profundo amor por el cristianismo oriental y, en particular, de su sincero respeto por la tradición de la ortodoxia rusa».

«Durante el pontificado de Benedicto XVI —valora el patriarca— las relaciones entre la Iglesia Ortodoxa Rusa y la Iglesia Católica Romana se desarrollaron considerablemente en el espíritu de la cooperación fraternal y el deseo de interacción en el camino de la superación del legado, a veces doloroso, del pasado».

Mensaje de entronización

Kirill de Moscú fue proclamado patriarca por el Santo Sínodo de la Iglesia ortodoxa rusa a principios de 2009, cuatro años después de la elección del cardenal Ratzinger para pilotar la barca de Pedro. En los años anteriores había ejercido como presidente del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado, un periodo en el que, según dijo Benedicto XVI en el mensaje que le dirigió con ocasión de su entronización, «desempeñó un papel admirable para instaurar una nueva relación entre nuestras Iglesias basada en la amistad, en la aceptación mutua y en el diálogo sincero (…)».

Su predecesor, el patriarca Alexis II —afirmó entonces el Pontífice alemán— «conservó un espíritu de apertura y cooperación con otros cristianos y con la Iglesia católica en particular, para la defensa de los valores cristianos en Europa y en el mundo. Estoy seguro de que usted, Santidad, seguirá edificando sobre esta sólida base (…)».

La situación en Ucrania ha dinamitado estos buenos deseos de Benedicto XVI. Hoy la Ortodoxia está dividida entre partidarios y detractores del reconocimiento de la Iglesia nacional ucraniana, mientras que las relaciones de la Iglesia católica con el patriarcado de Moscú permanecen congeladas a causa del apoyo de Kirill a la guerra emprendida por Putin.

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