Pablo Blanco Sarto: “Mi biografía sobre Benedicto XVI ayudó a que la gente lo viera como realmente era”

“Es un día para tener esperanza en la vida eterna y en la resurrección. Mi biografía de Benedicto XVI nació con una tesis doctoral que hice sobre el pensamiento de Ratzinger antes de que él fuera elegido Papa. Cuando fue elegido Papa pude constatar que algunos medios o algunos periodistas no conocían bien su persona. Aprovechando también alguna estancia en Baviera, fui recabando información y lo tenía como un hobby productivo. Tiempo después salió esa biografía que en su día contribuyó a darlo a conocer un poco más, también porque se veía que le atacaban bastante. Intenté darlo a conocer y que la gente lo viera como realmente él era”, con estas se ha expresado Pablo Blanco Sarto, autor de la biografía de Benedicto XVI, en una entrevista realizada por Cristina López Schlichting en Fin de Semana COPE.

La importancia de Benedicto XVI

En relación a la importancia de la figura de Benedicto XVI, Sarto explica que “hizo una síntesis de todo lo que le precede, partiendo de lo que decían los padres de la Iglesia y retoma la gran tradición teológica que culmina también en Alemania. Él nos ofrece una síntesis de todo ese pensamiento y se zambulló en todo ese ambiente teológico y eclesial y lo asimiló bastante bien. En ese sentido, ha sido capaz de ofrecernos una síntesis también actualizada con la situación real, los problemas reales y la situación de la Iglesia en estos momentos”.

“Dios le fue llevando en su vocación”

Sobre la infancia de Ratzinger cuenta que “fue un chico que creció en una zona rural en Baviera. Empezó con los estudios de lenguas clásicas y se fue adentrando poco a poco en el mundo de Dios a través de la liturgia. Él decía que todo su proceso de vocación y de llamada es por la llamada de Dios y es Él el que le fue llevando”.

Por último destaca de su biografía que “nos deja una teología potente. Una síntesis magistral de la mejor teología de los siglos XX y XXI. Nos dejó un magisterio luminoso con tres encíclicas, unas homilías inspiradas y unas catequesis a las que se le puede sacar gran aprovechamiento. Nos deja una reforma iniciada, tanto en los casos de los abusos, que después continuará el Papa Francisco, como en la reforma financiera en las cuentas vaticanas, que todavía está en ciernes. Sobre todo nos deja el gesto de la renuncia, que es un gesto que a mí me hace pensar todavía bastante”.