Así es el ambulatorio sanitario para personas necesitadas de la Plaza de San Pedro en el Vaticano

En un ángulo de la columnata de San Pedro, médicos especialistas atienden de forma gratuita a los más pobres

Ambulatorio Vaticano

Eva Fernández Huéscar

Roma - Publicado el

4 min lectura

A lo largo de esta semana cientos de necesitados se están realizando pruebas médicas gratuitas: análisis, ecografías, radiografías, electrocardiogramas, revisiones oftalmológicas y ginecológicas, vacunas contra la gripe etc... Si en las consultas , los médicos voluntarios consideran que los pacientes lo necesitan, se les deriva a centros hospitalarios. En el ambulatorio se les subministra también las medicinas para sus tratamientos.

Como cada año desde la institución de la Jornada Mundial de los Pobres en 2016, el Papa Francisco quiere que con motivo de esta jornada se realicen gestos concretos de ayuda a quienes viven con lo justo. Y una forma de manifestar esta cercanía es este ambulatorio abierto ininterrumpidamente de 8 a 17 horas para garantizar la atención médica a quienes lo necesiten. En el ambulatorio, dotado con todo el instrumental necesario para las pruebas, trabajan 46 médicos de 18 especialidades diferentes, 8 enfermeras y 10 voluntarios que cubren dos turnos diarios.

El Ambulatorio 'Madre de la Misericordia' se inauguró en 2015 en un lateral de la Plaza de San Pedro y está abierto todo el año para quien lo necesite, pero en esta semana amplía su horario y pone a disposición de las personas sin hogar y familias en situaciones límite, todo tipo de especialidades.

La “estrategia” del Papa al fijar la Jornada de los Pobres era muy clara: conseguir que al menos por unas horas compartamos lo nuestro con quien tiene menos, ya sea dedicando tiempo a escuchar o a acompañar, o abriendo nuestra casa a quienes viven en situación de precariedad.

Ambulatorio Vaticano

La creación del ambulatorio “Madre de la Misericordia”

Al poco de ser elegido papa, Francisco se dio cuenta de que ya no podía salir a la calle con la misma libertad que disfrutaba en Buenos Aires. Tuvo que renunciar a las “escapadas” habituales que realizaba a las “villas miseria”, barrios de casas infrahumanas en varias zonas de Buenos Aires.

En Roma, como en tantas ciudades del mundo, cientos de personas sobreviven en la miseria y Francisco quería ayudarles como fuera e ideó iniciativas de todo tipo. Con la ayuda de su limosnero, el cardenal Conrad Krajensky, comenzó a repartir postales en Navidad con sello incluido para que las personas que viven en la calle también pudieran felicitar a sus familias, sacos de dormir y tiendas de campaña para las frías noches de invierno de aquellos que optaban por seguir en la calle y no acudir a los dormitorios, huevos de chocolate para los niños ingresados en el hospital 'Bambino Gesù' de Roma. En días de lluvia intensa distribuyen los paraguas olvidados y nunca reclamados por los turistas en los Museos Vaticanos.

Don Conrado contó un día al papa que había invitado a Franco, un mendigo italiano, a comer en un restaurante cercano a San Pedro. Se había enterado de que era su cumpleaños y quiso sorprenderle con este regalo, pero el mendigo rechazó la invitación. Sentía vergüenza porque olía mal y en esas condiciones no quería entrar en un restaurante, y arriesgarse a que lo echaran.

El papa se quedó pensativo y puso en marcha un nuevo plan: construiría duchas en el Vaticano para que los mendigos que duermen en los soportales pudieran utilizarlas. Y como complemento perfecto pensó que también se podría habilitar una barbería para que pudieran cortarse el pelo y arreglarse la barba.

Tras las duchas y la barbería llegaron las lavanderías. Están situadas en el barrio romano del Trastévere, donde pueden acudir a lavar, secar y planchar su ropa y sus enseres.

La creación del ambulatorio médico “Madre de la Misericordia” tuvo lugar a los pocos meses de ser elegido Pontífice. En un lateral de la Plaza de San Pedro había unas oficinas destinadas a correos, que estaban infrautilizadas y dispuso que se instalara un ambulatorio médico para recibir primeros auxilios o cualquier tipo de atención o cura de urgencia.

Ambulatorio Vaticano

Una jornada que surgió fruto del Jubileo de la Misericordia de 2016

El Papa Francisco quiso dedicar el último gran encuentro del Jubileo de la Misericordia a los pobres. Hasta San Pedro se desplazaron unas 6.000 personas sin hogar, coordinadas por la asociación “Fratello” y por la Comunidad de San Egidio. 

Casi todos arrastraban historias de vidas complicadas. El Papa Francisco celebró para ellos una Misa en la Basílica de San Pedro y pudieron escuchar durante la homilía una impresionante petición de perdón: “Perdón por todas las veces que los cristianos pasamos delante de una persona pobre y miramos para otro lado”.

El papa no estaba dispuesto a que aquel encuentro fuera uno de esos que quedan como un recuerdo del pasado, por eso a nadie sorprendió que Francisco decidiera establecer que cada año la Iglesia dedique en todo el mundo una jornada exclusivamente para los pobres. Se celebra el domingo anterior a la fiesta de Cristo Rey.