Así ha sido la primera sesión del Sínodo de la Amazonía

Ha dado comienzo el Sínodo de los obispos para la Amazonía en el Vaticano este lunes 7 de octubre

Así ha sido la primera sesión del Sínodo de la Amazonía

Vatican News

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Este lunes 7 de octubre ha dado comienzo el Sínodo de los Obispos para la Región Panamazónica. El Santo Padre, hablando espontáneamente, ha asegurado que hay que dejar que el Espíritu Santo se exprese “pese” a ellos También ha recordado que la primera misión de los Padres Sinodales es la de ser “discípulos” y ha pedido que no pierdan el sentido del humor.

Al dirigirse a los Padres Sinodales, durante la Congregación general de esta mañana en el Aula del Sínodo, el Santo Padre ha dado la bienvenida a los presentes y les ha agradecido todo el trabajo de preparación. "El Sínodo para la Amazonía podemos decir que tiene cuatro dimensiones: la dimensión pastoral, la dimensión cultural, la dimensión social y la dimensión ecológica".

Dimensión pastoral del Sínodo

La dimensión pastoral dijo que “es la esencial”, por ser “la que abarca todo”. “Nos acercamos con corazón cristiano – prosiguió el Papa – y vemos la realidad de la Amazonía con ojos de discípulo, porque no existen hermenéuticas neutras, hermenéuticas asépticas”, que “siempre están condicionadas por una opción previa, nuestra disposición previa es la de discípulos”.

“Nos acercamos a los pueblos amazónicos de puntillas, respetando su historia, sus culturas, su estilo del buen vivir, en el sentido etimológico de la palabra, no en el sentido social que tantas veces le damos, porque los pueblos poseen entidad propia. Todos los pueblos, poseen una sabiduría propia, conciencia de sí, los pueblos tienen un sentir, una manera de ver la realidad, una historia, una hermética y tienden a ser protagonistas de su propia historia con estas cosas, con estas cualidades”.

El Santo Padre dijo además: "Nos acercamos a ellos, ajenos a colonizaciones ideológicas que destruyen o reducen la idiosincrasia de los pueblos. Nos acercamos sin el afán empresarial de hacerles programas pre-confeccionados de disciplina, entre comillas, a los pueblos amazónicos, disciplinar su historia, su cultura, eso no, ese afán de domesticar los pueblos originarios".

No al centralismo homogeneizante y homogeneizador

Por otra parte, "cuando la Iglesia se olvidó de cómo tiene que acercarse a un pueblo", dijo Francisco "no se culturizó e incluso llegó a menospreciar a ciertos pueblos, y cuántos fracasos de los cuales hoy nos lamentamos”. De manera que el Pontífice ha afirmado que el “centralismo homogeneizante y homogeneizador no dejó surgir la autenticidad de la cultura de los pueblos”. Y agregó que “las ideologías son un arma peligrosa”, y que “siempre tendemos a agarrar una ideología para interpretar un pueblo”.

“Las ideologías son reductivas, y nos llevan a la exageración en nuestra pretensión de comprender intelectualmente, pero sin aceptar, sin comprender, sin admirar, sin asumir, y entonces se recibe la realidad en categorías, las más comunes son las categorías de ‘ismos’. Entonces cuando tenemos que acercarnos a la realidad de algún pueblo originario hablamos de ‘indigenismos’, y cuando queremos darle alguna pista de salida a su vivir mejor, no le preguntamos, hablamos de ‘desarrollismo’. Estos ‘ismos’ reformulan la vida desde el laboratorio ilustrado e iluminista”.

Civilización y barbarie

El Pontífice ha recordado durante la sesión un lema argentino: “Civilización y barbarie”, que “sirvió – dijo – para dividir, para aniquilar y llegó al culmen hacia fines de los años 80, a aniquilar a la mayoría de los pueblos originarios, porque eran ‘barbarie’ y la ‘civilización’ venía de otro lado. Es el desprecio de los pueblos y a eso voy, a la experiencia de mi tierra, eso, ‘civilización y barbarie’ que sirvió para aniquilar pueblos todavía sigue en mi patria, con palabras ofensivas y entonces se habla de civilización de segundo grado, los que vienen de la barbarie. Hoy son los ‘bolitas’, los paraguayos, los paraguas, los ‘cabecitas negras’, siempre ese alejarnos de la realidad de un pueblo calificándolo y poniendo distancias".

El Papa Francisco recibió el aplauso de la asamblea cuando compartió, con pena, una vivencia sobre el desprecio al escuchar, un comentario burlón acerca de la piedad de una persona que llevó las ofrendas con plumas en la cabeza. Son actitudes que hacen que se corra el riesgo “de proponer medidas simplemente pragmáticas, cuando por el contrario se nos pide una contemplación de los pueblos, una capacidad de admiración, que hagan hacer un pensamiento paradigmático”.

“No hemos venido aquí a inventar programas de desarrollo social o de custodia de culturas, de tipo museo, o de acciones pastorales con el mismo estilo no contemplativo con el que se están llevando adelante las acciones de signo contrario: deforestación, uniformización, explotación. Ellos también hacen programas que no respetan la poesía, la realidad de los pueblos que es soberana”.

El Obispo de Roma dijo, por otra parte que hay que cuidarse de la mundanidad en el modo de exigir puntos de vista y cambios en la organización, porque “la mundanidad se infiltra siempre y nos hace alejar de la poesía de los pueblos”.

Caminar juntos

"Sínodo es caminar juntos, bajo la inspiración y la guía del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es el actor principal del sínodo, por favor no lo echemos de la sala. Se hicieron consultas, se discutieron en las Conferencias Episcopales, en el Consejo Pre Sinodal, se elaboró el Instrumetum Laboris, que como saben es un texto mártir, destinado a ser destruido, porque es el punto de partida para lo que el Espíritu va a hacer en nosotros y ahora caminar nosotros bajo la guía del Espíritu Santo. Ahora hay que dejar que el Espíritu Santo se exprese en esta Asamblea, se exprese entre nosotros, se exprese con nosotros, a través de nosotros y se exprese ‘pese’ a nosotros, pese a nuestras resistencias, que es normal que las haya, porque la vida del cristiano es así".

Hacia el final de su alocución el Papa Bergoglio pidió a los participantes en este Sínodo que se rece mucho. Que se reflexione, dialogue y escuche con humildad, sabiendo que ninguno sabe todo. Y que hablen con coraje, con parresía, aunque tenga que pasar vergüenza, decir lo que se siente, discernir y todo esto custodiando la fraternidad que debe existir para favorecer esta actitud de reflexión y oración.

Por último afirmó que “un proceso como el de un Sínodo se puede arruinar un poco si yo al salir de la sala digo lo que pienso, digo la mía, y entonces se da esa característica que se dio en algunos sínodos: del Sínodo de adentro y del Sínodo de afuera”. Francisco agradeció nuevamente cuanto están haciendo, y “por favor – dijo – no perdamos el sentido del humor”.