Francisco recuerda en Luxemburgo que la Iglesia no admite ningún tipo de exclusión: "Tenemos espíritu de acogida"

En un encuentro en la Catedral de Notre-Dame, el Papa llama a la comunidad católica a trazar el camino “de una Europa no sólo de bienes y mercancías, sino de valores, de hombres y de corazones”

Papa Francisco

Redacción Religión

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El Papa Francisco llama a una Iglesia que no se repliegue “en sí misma, triste, resignada y resentida” y redescubra los caminos de evangelización pese a la creciente sociedad secularizada en la que vivimos en Europa. Una petición que ha hecho el Pontífice en el encuentro con la comunidad católica en la Catedral de Notre-Dame de Luxemburgo. 

Una Iglesia que Jorge Mario Bergoglio pone de ejemplo de progreso, madurez, crecimiento y de unidad "en el compartir responsabilidades y ministerios, caminando juntos como comunidad que anuncia y hace de la sinodalidad un modo duradero de relacionarse entre sus miembros.

De ahí que el obispo de Roma haya instado a los católicos de Luxemburgo a trazar el camino “de una Europa no sólo de bienes y mercancías, sino de valores, de hombres y de corazones”.

Francisco recuerda que la iglesia "no admite ningún tipo de exclusión"

En su discurso a la Iglesia del país centroeuropeo, el Santo Padre ha recordado su famoso "¡todos, todos, todos!" para reiterar que la Iglesia tiene "espíritu de acogida, de apertura a todos, y no admite ningún tipo de exclusión".

En el que ha sido el último acto de su breve visita a Luxemburgo (en la tarde de este jueves pone rumbo a Bélgica), el Pontífice argentino apeló al clero local "a permanecer fieles a esta herencia y a seguir haciendo de vuestro país una casa acogedora para todo el que llame a vuestra puerta pidiendo ayuda y hospitalidad" y ha agradecido la acogida que se dispensa aquí a los migrantes.

Concluido el discurso del obispo de Roma depositaba una rosa de oro a los pies de la Virgen 'Consuelo de los Afligidos', patrona de Luxemburgo, con el que daba por inaugurado el Año Jubilar mariano en el país: "Qué hermosa es la misión que el Señor nos confía; la misión de consolar y servir, con el ejemplo y la ayuda de María", ha expresado.

El donativo del Papa Francisco a los migrantes

Tras su discurso, el Papa Francisco recibía de la Iglesia luxemburguesa una donación para su ministerio apostólico. Fue su arzobispo, el cardenal Jean-Claude Hollerich, quien le hacía entrega del regalo como “expresión de caridad en favor de las personas vulnerables y excluidas de la sociedad” en la que han contribuido un gran número de fieles. 

Una vez Jorge Mario Bergoglio recibía el donativo y anunciaba que “lo daré a Cáritas de Luxemburgo para los migrantes, para la gente que toca la puerta aquí y así hago un gesto de cercanía a los más pobres”.