Las tres lecciones que la mujer contemplativa puede dar a la Iglesia según el Papa

En el congreso sobre la venerable María de Ágreda, promovido por la Pontifica Academia Mariana Internacional, Francisco ha hablado sobre "el silencio, la misión y la mística"

ctv-d8n-captura-de-pantalla-2023-11-16-a-las-114758

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

La mujer contemplativa da a la Iglesia tres lecciones: silencio, misión y mística. Así lo ha explicado el Papa Francisco que ha recibido a los participantes en el congreso sobre la venerable María de Ágreda, promovido por la Pontifica Academia Mariana Internacional. “Una mujer excepcional definida enamorada de la Escritura, mística mariana y evangelizadora de América”.

Esta cátedra, instituida por la Pontificia Academia Mariana Internacional, dijo Francisco, es una hermosa iniciativa, no sólo por lo que representa en favor del estudio del misterio de la Inmaculada Concepción, sino también por nacer bajo el impulso de una Orden contemplativa femenina. Francisco, al respecto, saludó a las hermanas contemplativas venidas con este motivo.

Y hablando de Madre Ágreda el Papa recordó que fue una mujer excepcional definida por la Congregación como “enamorada de la Escritura”, “mística mariana” y “evangelizadora de América”. A partir de allí el Santo Padre, reflexionó sobre las tres lecciones que la mujer contemplativa puede dar a la Iglesia: Silencio, mística y misión.

Actitud de escucha

Al respecto, Francisco dijo que es un trato con Dios que nace de esa actitud de escucha, de esa lectura encarnada de la Sagrada Escritura. "Una experiencia, podemos decir, extática, sí, pero entendiendo que “éxtasis” quiere decir salir de sí, salir de nuestras comodidades, del yo egoísta que busca siempre dominarnos. Se trata de hacer espacio a Dios, para que, dóciles al Espíritu Santo, el aposentador del Rey, podamos recibirlo en nuestra casa. Ese es el ejemplo de María, que lo acogió en su Corazón inmaculado antes que en su seno virginal".

En este sentido, el Pontífice señaló que los contemplativos nos enseñan, a través de un camino de ascesis, abandono y fidelidad, el gozo de vivir sólo para Dios. Y a veces la contemplación, se hace en silencio, delante del Señor, que contrasta con este mundo que siempre está lleno de palabras, de noticias, es toda una industria de la comunicación externa, men cambio, dijo el Papa, la comunicación interna, en silencio es tan necesaria.

Madre Ágreda y las religiosas concepcionistas, que fueron las primeras claustrales en llegar a América, nos dan prueba de este espíritu misionero de la vida contemplativa, afirmó, que más tarde pondrá de relieve santa Teresa del Niño Jesús. No es casual que otra gran mística, santa Rosa de Lima, sea la primera santa del continente. De allí que fuera comprensible, enfatizó por último, que la Madre Ágreda sintiera el llamado del Señor de rezar por aquellas almas que aún no lo conocían, y que esta oración fuese fecunda en el alma de aquellos que, al decir de los misioneros, se encontraron bien dispuestos a recibir el bautismo.

"Normalmente no somos conscientes de la fuerza de la oración de intercesión en nuestras vidas, como se dice que los indios lo fueron de la intervención de Madre Ágreda. Pero, como María nos enseña en las bodas de Caná, también nosotros podemos reconocer de donde viene el vino nuevo a través de los que nos sostienen con su oración y nos edifican con su ejemplo. Y no se olviden del gran gesto de María, que nos revela las bodas de Caná, María nunca hace así, María señala al Hijo, ¡Hagan lo que Él les diga! Ella nos lleva a Jesús, lo engendra en nosotros, y esa actitud tan linda tenemos que imitarla nosotros, también señalando al Señor."

¿Quién fue santa Beatríz de Silva, fundadora de la orden?

El culto a santa Beatriz es inmemorial; fue confirmado por Pío XI el 28 de julio de 1926 con el título de beata. Fue canonizada el 3 de octubre de 1976 por Pablo VI y sus restos se conservan para pública veneración en la Casa Madre de Toledo. Aparte de su fundadora, destacan otras concepcionistas muertas con fama de santidad, de las cuales cuatro tienen ya su proceso canónico de beatificación en Roma, y son las Venerables Madres María de Jesús de Tomelín y del Campo, María de Jesús de Ágreda, Jacinta María Teresa de Jesús Romero y Balmaseda, María de los Dolores Patrocinio y Ángeles Sorazu.

También es de destacar las mártires concepcionistas del 1936. Cuenta la Orden con escritoras místicas de renombre, como María de Jesús de Ágreda y Ángeles Sorazu. Ya en el siglo xx destaca el trabajo realizado por la Reverenda Madre Mercedes de Jesús, quien emprendió la vuelta a los orígenes de la Orden, cuya reforma fue aprobada por su Santidad Juan Pablo II en septiembre de 1996.