El Papa Francisco aconseja a los jóvenes “no traicionar sus ideales para ser aceptados”

La juventud portuguesa ha hecho entrega de la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud y la copia del icono mariano de la Salus Populi Romani a los jóvenes surcoreanos, tras la Misa celebrada por el Papa  

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Redacción Religión

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Multitud de fieles se han congregado en la plaza de San Pedro del Vaticano, para ser testigos de los primeros pasos del camino hacia la 39º Jornada Mundial de la Juventud 2027 (JMJ), que se celebrará en Seúl, capital de Corea del Sur, tras haberse celebrado en 2023 en Lisboa.

Al finalizar la Misa presidida por el Papa Francisco frente a la fachada de la basílica vaticana, con motivo de la Solemnidad de Cristo Rey, una delegación de portugueses cedieron el testigo a sus compañeros surcoreanos con la entrega de la Cruz de la juventud y el icono mariano de la Salus Populi Romani.

El Santo Padre recordó que la entrega de la Cruz "es una invitación, para todos nosotros, a vivir y llevar el Evangelio en todos los lugares de la tierra, sin detenernos y sin desanimarnos, levantándonos tras cada caída y no dejando nunca de esperar".

Luego, dirigiéndose a los peregrinos surcoreanos, el Pontífice aseveró: "Vosotros, jóvenes coreanos, recibiréis la Cruz del Señor, la Cruz de vida, signo de victoria, pero no va sola: la recibís con la Madre. Es María la que os acompaña siempre hacia Jesús. Es María la que, en los momentos difíciles, está junto a nuestra Cruz para ayudarnos, porque ella es la Madre".

EL CAMINO DE LOS CRISTIANOS: ACUSACIONES, CONSENSOS Y VERDAD

Además, el Papa le dedicó unas palabras a todos los jóvenes del mundo, en el contexto de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebra a nivel diocesano en todo el mundo este domingo 24 de noviembre. Lo hizo durante su homilía con varias "preguntas difíciles pero importantes" y reflexionó, basándose en el Evangelio, sobre tres aspectos en el camino de los cristianos: las acusaciones, la necesidad de consensos y la verdad.

“Si miramos alrededor, lo que vemos se muestra diferente. ¿Qué decir de las guerras, la violencia, los desastres ecológicos? ¿Qué pensar de los problemas que también ustedes, queridos jóvenes, deben afrontar mirando hacia el futuro, como la precariedad del trabajo, la incertidumbre económica —y no solo eso—, las divisiones y las desigualdades que polarizan la sociedad?”, cuestionó.

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En es sentido, el Pontífice habló de la actual "necesidad de consensos" e insistió a los jóvenes a "no dejarse contagiar por el afán de ser vistos, aprobados y elogiados". Porque, "quien se deja llevar por estas fijaciones, termina viviendo en la angustia". De esa manera, quien se deja llevar por esos afanes, corre riesgo de limitarse "a abrirse a codazos, a competir, fingir,  traicionar los propios ideales con tal de tener un poco de aceptación y visibilidad. Su dignidad no se vende" advirtió.

En este sentido, dijo a los jóvenes que “Dios los ama tal como son” y les llamó a “no dejarse engañar por quienes, engatusándolos con vanas promesas, en realidad quieren manipularlos, condicionarlos, usarlos para sus propios intereses”.

No se conformen con ser ‘estrellas por un día’ en las redes

También citó algunos de los problemas que afectan a los jóvenes de hoy y que les lleva a plantearse cuestiones sobre el mañana: "la precariedad laboral, la incertidumbre económica, las divisiones, y los enfrentamientos que polarizan a la sociedad".

En ese sentido, animó a los jóvenes de todo el mundo a que "No se maquillen el alma, el corazón, sean como son, sinceros, transparentes". “No se conformen con ser ‘estrellas por un día’ en las redes sociales o en cualquier otro contexto. El cielo en el que están llamados a brillar es más grande: es el cielo del amor, es el cielo de Dios. Los consensos no salvan al mundo, ni dan felicidad, sino la gratuidad del amor. El amor no se compra ni se vende, es gratuito”, dijo.

Los cristianos "bajo acusación"

Francisco también lamentó que, como Jesús, hoy en día los cristianos son a veces puestos “bajo acusación” en la escuela o entre los amigos. “Puede haber quien quiera hacerles sentir fracasados porque se mantienen fieles al Evangelio y a sus valores. No tengan miedo de las condenas, no se preocupen; antes o después, las críticas caen y los valores superficiales que las sostienen se revelan por lo que son, ilusiones”, avisó.

En última instancia, abogó por practicar el amor y la caridad en la convulsa actualidad y aseguró que “no es verdad, como algunos piensan, que los acontecimientos del mundo se ‘le han ido de las manos’ a Dios”. “No es verdad que la historia la hacen los violentos y los prepotentes, los orgullosos. Muchos males que nos afligen son obra del hombre, engaño del Maligno, pero todo será sometido, al final, al juicio de Cristo. Quienes destruyen a la gente o hacen guerra, ¿qué cara tendrán cuando se presenten ante Dios? ¿Qué responderán?”, planteó.