El Papa invita a "venerar" a la Virgen de Guadalupe y huir de quienes pretenden instrumentalizar "como ideología" a la patrona de México

Francisco ha presidido en la Basílica de San Pedro la Eucaristía con motivo de la festividad de Guadalupe

Papa Francisco

Redacción Religión

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“¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?” Es la frase que la Virgen de Guadalupe, patrona de México, trasladó a Juan Diego un 12 de diciembre de 1531, dejando su imagen en una sencilla tilma como señal del amor de Dios, y que ha recordado el Papa Francisco en su homilía durante la misa que ha presidido en la Basílica de San Pedro con motivo de esta festividad. 

La aparición de la Virgen a Juan Diego tuvo lugar diez años después de la conquista de México, en un contexto en el que los misioneros tenían poco éxito en la evangelización y conversión de los nuevos pueblos, en gran parte por el mal ejemplo de los que llamándose cristianos, abusaban de los nativos.

Fue el 9 de diciembre de 1531 cuando al indio, convertido al cristianismo, se le aparece la imagen mariana en un lugar denominado Tepeyac. María se presentó como “la perfecta siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios”.

La Reina del Cielo le encomendó que en su nombre le pidiese al Obispo Capitalino, el franciscano Juan de Zumárraga, la construcción de una Iglesia en el lugar de la aparición. El obispo no aceptó la idea y la Virgen le pidió que insistiera.

De ahí que el Papa Francisco haya subrayado en su alocución que el misterio de la Virgen de Guadalupe es “la tilma, la madre y la rosa” y, más allá de ello todo “es mentira, es querer usarlo para ideologías”.

“La maternidad de María queda grabada en esa tilma sencilla. La maternidad de María se muestra con la belleza de las rosas que el indio encuentra y lleva. Y la maternidad de María hace el milagro de llevar la fe a los corazones un poco incrédulos de los prelados”, ha explicado el Pontífice.

En este sentido, el obispo de Roma ha recalcado que el misterio de Guadalupe es “para venerar y sentir en nuestros oídos, '¿acaso no estoy aquí, que soy tu madre?', en momentos difíciles de la vida y en momentos felices, en momentos cotidianos de la vida. Este es el mensaje guadalupano. Lo demás son ideologías”, ha insistido Francisco.