Parolin cree que se está lejos "de una solución negociada” para alcanzar la paz en Ucrania

El secretario del Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, considera que “estamos bastante lejos de una solución negociada” en la guerra de Ucrania. Así lo ha manifestado en un primer balance tras visitar el país del Este europeo tras dos años y medio de conflicto.

En declaración a los medios vaticanos, el diplomático italiano ha reclamado que se garantice la ayuda humanitaria a Ucrania y “ser un poco creativos” a la hora de explorar fórmulas que abran caminos de paz en el país. “Cuando se haga la paz, debe hacerse entre los dos contendientes, pero me parece que todavía estamos muy lejos”, ha insistido Parolin.

El secretario de Estado del Vaticano ha recorrido algunos puntos del país desde el pasado domingo, llevándole de Odessa a Kiev y a diversos lugares de Ucrania, con el “mensaje principal” de “mantener viva la atención de la comunidad internacional sobre la guerra, para que no se convierta en otro conflicto olvidado".

En este sentido, el cardenal Parolin cree que el hecho de que se trate de una guerra que se está librando en “el corazón de Europa”, esto esté generando “más atención que en otras guerras que tienn lugar en otros continentes”, pero ello no implica que se corra el riesgo de “convertirse en noticia y nada más”, ha opinado.

Parolin saluda a madres que han perdido a sus hijos en la guerra

Una de las imágenes con las que se queda Parolin en su estancia en Ucrania, es el sufrimiento de las madres que han perdido a hijos o maridos a lo largo de estos dos años y medio de conflicto bélico entre Ucrania y Rusia. El diplomático tuvo la oportunidad de estrechar la mano de algunas de ellas y conocer sus testimonios.

“Es desgarrador, un desgarro de verdad, no sé cómo definirlo", relata conteniendo la emoción. "Pensar que una madre todavía joven ha perdido a un hijo de 25 años, no sabes qué decir...".

Y también ha subrayado la tragedia de "tantos muertos, muchos cuyos cuerpos ni siquiera han sido recuperados", y el "deber humano" y el "sentido cristiano que nos exige dar a los muertos una sepultura digna". Así como, señala, la situación de los "muchísimos heridos, mutilados, inválidos...". La guerra, dice el cardenal, "deja huellas nefastas en la vida y en el cuerpo de la sociedad".