Zuppi, tras su misión de paz en Kiev y Moscú: "Estamos intentando que los niños ucranianos vuelvan a casa"
El arzobispo de Bolonia, en una presentación del nuevo libro de Andrea Riccardi, ha asegurado que se ha visto con Francisco para abordar los próximos pasos de su misión de paz
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El cardenal Matteo Zuppi, enviado especial del Papa Francisco en Ucrania y Rusia, ha intervenido en la presentación del nuevo libro de Andrea Riccardi, "El grito de la paz”, celebrada este martes en la sede de la Comunidad de San Egidio en Roma. A las preguntas de los periodistas sobre si se había encontrado con Francisco al término de sus misiones en Kiev y Moscú ha sido muy claro: “Sí, obviamente he visto al Papa”.
La prioridad, ha explicado el cardenal italiano, es “trabajar ahora por los más necesitados, como los niños, y ver si podemos poner en marcha una misión para ellos y ayudar a la parte humanitaria. Esperamos empezar por los más pequeños, los más frágiles. Los niños deben poder regresar a Ucrania. Así que el siguiente paso será, en primer lugar, ver cómo recuperar a los niños, empezando por los más frágiles”.
Durante la presentación, que fue moderada por Marco Impagliazzo, historiador y presidente de la Comunidad de San Egidio, Zuppi subrayó como “el libro de Riccardi es útil hoy porque nos ayuda a tomar conciencia del momento que vivimos, nos muestra la capacidad de tejer la red sobre lo que Giuseppe De Rita llamaba la “profundidad de la historia” y de comprender que las soluciones a la guerra deben buscarse en la complejidad de la realidad”.
La guerra, de hecho, añadió, "es siempre una derrota para todos". Por ello, es necesario que "también la Iglesia de hoy sea capaz de ayudar, de recomenzar en la construcción del nosotros, en el paso del yo a un nosotros mayor". Andrea Riccardi subrayó que ha llegado el momento de "volver a pensar qué es la paz". Y la guerra, como decía un soldado de infantería de la Segunda Guerra Mundial, "es mala porque acabas bajo tierra".
Hoy, la guerra da miedo, "sí, pero quizá no lo suficiente", dijo. Por esta razón, hoy "la visión de la guerra como un juego debe ser derrotada, porque esto conduce a su aceptación inexorable, a una familiaridad inaceptable con la guerra, casi a su rehabilitación". Así pues", continuó Riccardi, "el problema es redescubrir una emoción de horror por la guerra y un impulso hacia la paz". Pero, ¿dónde está el movimiento pacifista? 'No lo sé, no lo veo', es la respuesta, por eso estamos llamados a recomponerlos para reconstruir la comunidad, para reconstruir el nosotros'.
Por tanto, por parte de la política, "necesitamos reflexiones más largas y visiones más amplias, necesitamos una mayor inversión en diplomacia. Necesitamos retomar la historia y la memoria, como las de la Segunda Guerra Mundial y la Shoah [...] Hay que alimentar una cultura de paz y difundirla entre la población".