Francisco y Ahmed Al-Tayyeb: La historia de la firma de un documento sobre y para la Fraternidad Humana

Una declaración que, a la postre, serviría de base al Santo Padre para su encíclica Fratelli tutti

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Redacción Religión

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La foto que acompaña a estas líneas fue tomada el 4 de febrero de 2019 y forma ya parte de la historia. Ese día, el Papa Francisco y el jeque Ahmed Al Tayyeb, gran imán de la universidad Al Azhar de El Cairo, firmaron en Abu Dhabi el «Documento sobre la Fraternidad Humana por la paz mundial y la convivencia común». Una declaración que, a la postre, serviría de base al Santo Padre para su encíclica Fratelli tutti (3 octubre 2020).

El Documento de la Fraternidad Humana fue concebido como la piedra angular de una nueva relación entre cristianismo e islam, una relación basada en una mayor comprensión y tolerancia mutuas. Fue una apuesta valiente y necesaria por parte de los “dirigentes” de dos religiones que profesan más de dos mil millones de personas en todo el mundo. Los analistas en seguida calificaron el documento de “profético” y “revolucionario”.

Darnos la mano

El propio Papa subrayó su importancia en el vuelo que lo traía de vuelta de ese histórico viaje a los Emiratos Árabes Unidos, el primero que hacía un Pontífice a la Península Arábiga. “Hemos rezado mucho —dijo a los periodistas en el avión—, porque para mí hay un solo peligro grande en este momento: la destrucción, la guerra, el odio entre nosotros. Y si nosotros los creyentes no somos capaces de darnos la mano, abrazarnos, besarnos y también rezar, nuestra fe será traicionada”.

La Declaración común fue minuciosamente preparada durante más de un año. “Desde el punto de vista católico, el documento no se ha alejado ni un milímetro del Vaticano II”, advirtió de antemano el Santo Padre. Y Al Tayyeb se refirió a él con estas palabras: es “una extensión de la constitución del islam y de las bienaventuranzas del Evangelio”.

Las religiones en la sociedad

Francisco y Al Tayyeb mantienen una buena relación. En el momento de la firma del documento se habían entrevistado ya en cinco ocasiones. El Santo Padre le visitó en El Cairo durante su viaje a Egipto, y el imán acudió también al Vaticano. El punto central de la declaración alude al papel que desempeñan las religiones en la sociedad, y afirma que estas “no incitan nunca a la guerra” ni “instan a sentimientos de odio, hostilidad, extremismo, ni invitan a la violencia o derramamiento de sangre”. Antes al contrario, todas esas situaciones —denuncia— “son fruto de la desviación de las enseñanzas religiosas, del uso político de las religiones” y de interpretaciones erróneas e interesadas hechas “para alcanzar fines políticos y económicos, mundanos y miopes”.

El último fruto hasta ahora del nuevo y deseable “clima” de fraternidad interreligiosa ha sido la apertura en Abu Dhabi de la llamada Casa de la Familia Abrahámica, un espacio que en pocos metros alberga una iglesia (dedicada a San Francisco), una mezquita y una sinagoga. El lugar, que se pretende sirva también para el diálogo y el conocimiento mutuo, acoge asimismo la sede del Centro de Estudios e Investigación sobre la Fraternidad Humana, convocante de los Premios a la Fraternidad Humana.

La Asamblea General de la ONU ha instituido el 4 de febrero, fecha en que el Papa y Al Tayyeb firmaron su Declaración, como Día Internacional de la Fraternidad Humana.

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