Francisco, cercano al pueblo de Haití herido tras la trágica explosión: "Rezamos por nuestros hermanos"

Al final de la Audiencia General de este miércoles, 15 de diciembre, el Papa Francisco dirigió un pensamiento especial para el pueblo de Haití sacudido por una nueva herida tras la trágica explosión que ha causado numerosas víctimas, entre ellas varios niños.

“Pobre Haití – dijo Francisco en el Aula Pablo VI – una detrás de la otra, es un pueblo que sufre...”. El Santo Padre pidió rezar por el pueblo de Haití: “Son buena gente, buena gente, gente religiosa, pero están sufriendo mucho”.

Francisco dijo que está “cerca de los habitantes de esa ciudad y de las familias de las víctimas, así como de los heridos” y ha invitado a los fieles a unirse “en la oración por estos hermanos nuestros que son tan duramente probados”.

La explosión que dejó al menos 69 víctimas

Al menos 69 personas murieron cuando un camión cisterna que transportaba combustible explotó el lunes por la noche en Cabo Haitiano, una de las mayores ciudades de Haití en el Caribe. El vicealcalde de la ciudad, Patrick Almonor, dijo que en estos momentos hay decenas de heridos en los hospitales y diversos centros médicos de la ciudad.

También hay escasez de personal médico en estos centros, y pocos medicamentos disponibles. La explosión dañó asimismo unas cincuenta casas, la mayoría de las cuales tendrán que ser demolidas. Las autoridades locales dijeron que las operaciones de rescate siguen en marcha y sugirieron que es probable que el número total de muertos aumente en las próximas horas. El primer ministro de Haití, Ariel Henry, declaró tres días de luto nacional por las víctimas de esta terrible tragedia.

Esta es una de las muchas heridas que siguen abiertas en un país que, en los últimos 20 años, ha vivido numerosas crisis relacionadas con la política (el golpe de Estado de 2004, por ejemplo), con las catástrofes naturales y las epidemias de cólera, especialmente en el 2010. A ello se suma, el mismo año, el terremoto de 7 grados que destruyó gran parte del país, causando al menos 200.000 muertos.