El Papa Francisco, junto con los más necesitados y los enfermos en Bratislava: "El Señor siempre con nosotros"

El Santo Padre ha visitado el "Centro Belén" gestionado por las Misioneras de la Caridad que desde hace más de 20 años atiende a las personas sin hogar

El Papa Francisco, junto con los más necesitados y los enfermos en Bratislava: "El Señor siempre con nosotros"

Santiago Tedeschi Prades

Publicado el - Actualizado

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Durante su segundo día en Eslovaquia, el Papa Francisco se ha encontrado con las personas más necesitadas y con los enfermos que son atendidos por las Misioneras de la Caridad en el “Centro Belén” de Bratislava.

El Centro Belén de las Misioneras de la Caridad se encuentra en el barrio de Petrzalka, que cuenta con altos edificios de viviendas sociales. Desde hace más de veinte años, la comunidad internacional de las religiosas de la Madre Teresa de Calcuta atiende a personas sin hogar, a los indigentes, y a las personas necesitadas de ayuda, sobre todo a los enfermos.

Las palabras del Santo Padre al "Centro Belén"

El Santo Padre, a la llegada al “Centro Belén” dirigió unas breves palabras a los que estaban allí: “Estoy tan feliz de visitar este lugar y estar con vosotros, gracias por recibirme. Quiero dar las gracias a las Hermanas por el trabajo que hacen. Un trabajo de acogida, de ayuda, de acompañamiento, muchas gracias. Agradezco a los padres que están aquí con los niños".

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"El Señor siempre está aquí con nosotros"

Asimismo, afirmó que el Señor está "con nosotros en los momentos de prueba. El Señor siempre está aquí con nosotros y nos acompaña en el camino de la vida, especialmente en los malos momentos".

Las actividades caritativas del Centro Belén son sostenidas gracias a la generosidad de benefactores. El Santo Padre se ha encontrado con la superiora del Centro Belén quien le ha enseñado algunas de las habitaciones de la estructura.

En el Centro se encontraban algunas personas sin hogar que son asistidos por las religiosas de la Congregación de la Madre Teresa. Luego el Papa se ha detenido a hablar con algunos residentes de la casa.

Finalmente, el Pontífice ha ido a un patio en el que ha escuchado a un coro de niños y, antes de despedirse, ha rezado junto a los presentes un Ave María, le ha dado un regalo y ha impartido su bendición.

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