El testimonio de tres jóvenes de 'Economía de Francisco' que demuestran que un mundo más justo es posible
Lili, Andrea y una activista afgana comparten con el Papa Francisco su experiencia en la lucha por un mundo más justo e inclusivo
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Emocionados y con una mochila cargada de deberes. Así culmina el encuentro 'Economía de Francisco' que desde el jueves ha reunido a un millar de jóvenes economistas y emprendedores de todo el mundo en Asís, para reflexionar sobre un cambio de modelo económico que ponga en el centro a la persona, que no deje a trás a nadie, que mire a los ojos a los más pobres y que sea sostenible.
Este sábado el Papa Francisco ha animado a estos jóvenes a caminar en esta dirección innovadora, que corrija los excesos de un capitalismo que “mata” a personas y “destruye el planeta”, tal y como ha expresado el Santo Padre en su discurso.
Durante la clausura de 'Economía de Francisco', hemos podido conocer el testimonio de algunos de estos jóvenes activistas que destinan todo su empeño en concienciar a la población sobre la necesidad urgente de este cambio de modelo, y que si no se lleva a efecto “los hijos y nietos tendrán que pagar una factura demasiado alta e injusta”, como también advertía el obispo de Roma.
Lili, activista de catorce años que lucha contra el calentamiento global
Y entre estos hijos o nietos que podría padecer los efectos del calentamiento global de la creciente desigualdad en el mundo es Lili, activista ambiental tailandesa de tan solo catorce años. Desde los ocho, ya sentía la inquietud y preocupación por la enfermedad que padece el planeta.
Pese a su corta edad, Lili se ha reunido en estos años de activismo con empresas de ventas al pormenor y personas con poder para concienciarles sobre los efectos del calentamiento global y la contaminación de los plásticos en el Océano, pero siempre se encontraba con el muro de la edad.
“Me decían que ningún niño debe exponerse a estas realidades porque somos pequeños para cambiar las cosas”, explicaba Lili ante la atenta mirada del Papa. Pero Lili nunca se rindió pese a que sentía que su entorno no estaba interesado en revertir la situación.
“Estando triste vi que no arreglaba nada, por lo que pedí ayuda a los gobiernos locales, pero me decían que era muy joven para preocuparme por el mundo, que dejara a los adultos hacer su trabajo, y yo me dedicara a estudiar” continuaba exponiendo.
Por ello, la adolescente tailandesa ha agradecido al Papa Francisco que haya allanado el camino “para que los jóvenes utilicemos nuestras voces. Me ha salvado de la soledad del activismo. Debemos animar a los jóvenes a superar las barreras dándoles recursos y oportunidades como la que he tenido yo. Hay que empezar a implementar la educación social en la escuela”, sostiene.
El testimonio de la activista afgana que lucha por la igualdad de la mujer
Quien también lucha cada día por la igualdad de las mujeres en Afganistán es una activista del país de Oriente Medio en favor de los derechos de este colectivo denostado. Un activismo que no le ha salido gratis, ya que confiesa recibir constantes amenazas: “Nunca me rendí porque creía en lo que estaba haciendo”, asegura.
No obstante, el auge de los talibanes al poder en Afganistán en 2021, ha hecho que estos pequeños avances hayan quedado neutralizados, tal y como lamenta la activista afgana ante el Santo Padre: “En Afganistán ahora reina la tiranía, el desempleo, la pobreza. Las mujeres ya no son libres, no pueden estudiar ni trabajar. Quienes protestan por los derechos son brutalmente reprimidos. Incluso solo escuchar música en su automóvil es una razón para morir”.
Este compromiso de la activista hizo que le encendieran su casa, después de que junto a su marido participaran en una manifestación contra el nuevo régimen. Trataron de abandonar Afganistán el 26 de agosto de 2021 a EEUU, pero la explosión de la bomba hizo imposible llegar al aeropuerto.
No podíamos esperar porque estábamos sin hogar, desempleados y los talibanes allí”. Tras meses solicitando ayuda, la encontró el 5 de octubre a través de un correo electrónico de 'Economía de Francisco'.
“No sabía que 'Economía de Francisco' en ese momento tenía organizado en todo el mundo una red en apoyo de las mujeres afganas. Sé que gracias a ellos mi esposo y yo aterrizamos en abril pasado Italia”; ha relatado emocionada.
Andrea: un exconvicto que se reinsertó en la sociedad
Otro de los testimonios que ha impactado este sábado es el de Andrea, un estudiante de física italiano, que durante nueve años ha permanecido en prisión tras matar a un hombre en una pelea: “Han sido años en los que he sufrido mucho pero también un tiempo en el que he cambiado profundamente. De hecho en este período pude reflexionar sobre el verdadero significado de la vida y sobre los valores más importantes que encierra”.
Pese a lo duro de la prisión, Andrea asegura que encontró un equilibrio, gracias al apoyo de amigos y voluntarios que le hicieron creer en un nuevo futuro: “Tuve la oportunidad de retomar mis estudios y luego de graduarme como técnico agrícola, hoy estoy matriculado en la Universidad Estatal de Milán en la Facultad de Física”, ha compartido con los presentes, entre ellos el Sucesor de Pedro.
Actualmente, Andrea ha conseguido un empleo en una cooperativa agrícola que ayuda a los presos a reinsertarse en el mercado laboral, un hecho nada fácil: “En la cárcel generalmente no tiene muchas oportunidades para trabajar”, lamenta. Por ello, el joven italiano espera poder ayudar “a crear una prisión de donde sales mejor que de donde entras”.
Por último, Andrea ha agradecido al Papa Francisco la esperanza que “nos das diariamente a través de sus palabras, por la dignidad que nos da. Soy un joven herido, pero también soy un joven de Franceico. Al comienzo de mi encarcelamiento, en 2013 le escribí una carta pidiéndole perdón por lo que había hecho e inesperadamente recibí una respuesta en poco tiempo. Gracias a ello perdoné mi vida y pude empezar de nuevo”, reconoce.