Vuelve a ver la toma de posesión de Santos Montoya como obispo de Calahorra-La Calzada-Logroño
Este sábado, 5 de marzo, los riojanos han recibido al nuevo titular de la diócesis en una celebración eucarística que ha retransmitido TRECE
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Santos Montoya es ya el nuevo obispo de la diócesis Calahorra y La Calzada-Logroño, tras la toma de posesión que ha tenido lugar en la catedral de Calahorra este sábado, 5 de marzo.
De esta manera, el hasta ahora obispo auxiliar de Madrid, toma el relevo de Carlos Escribano, quien el pasado año se trasladó a Zaragoza para pastorear su Archidiócesis. Se pone fin así al periodo vacante que ha vivido este tiempo la Iglesia riojana, que ha estado dirigida por el administrador diocesano de la diócesis, Vicente Robredo.
Como es habitual, Santos Montoya no ha estado solo en esta celebración eucarística de la que han sido testigos las cámaras de TRECE, ya que ha estado presidida por el nuncio apostólico, Bernardito Auza, y han concelebrado el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, los cardenales arzobispos de Madrid y Valladolid, Carlos Osoro y Ricardo Blázquez; el arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano; el arzobispo de Mérida-Badajoz, Celso Morga; el arzobispo de Pamplona-Tudela, Francisco Pérez y el arzobispo emérito de Burgos, Fidel Herráiz.
Santos Montoya salía del Palacio Episcopal sobre las 10:45h, saludaba a la corporación municipal y autoridades presentes en la puerta del Palacio Episcopal y se dirigía a la plaza Cardenal Cascajares donde el grupo de Danzas Coletores de Calahorra le homenajeaba como es tradicional ofreciendo sus bailes regionales.
Tras las danzas, el obispo electo accedió a la Catedral y fue presentado al cabildo al bajar las escaleras de acceso. El deán, D. Julián Blázquez, le dio a besar el “lignum crucis” y a continuación le ofreció el hisopo para la aspersión con agua bendita a los presentes. El obispo electo y sus acompañantes partieron después hacia la capilla de los Santos Mártires donde rezaron durante unos instantes. Tras este momento de recogimiento se dirigieron a la sacristía para comenzar la celebración.
Bernardito Auza: “La fe necesita el testimonio primero del obispo”
El nuncio apostólico en España, Bernardito Auza, ha recalcado en su alocución que Santos Montoya cuenta ya con “una rica experiencia” en su inicio episcopal como auxiliar de Madrid, llegando a Calahorra-La Calzada Logroño “lleno de buena voluntad para iniciar esta misión que le ha confiado nuestro Santo Padre”, ha expresado.
El filipino ha elogiado el trabajo pastoral desempeñado por el nuevo titular de la diócesis de La Rioja, poniendo el acento en su trabajo por “lograr testimoniar la fe en distintos ámbitos de la vida diocesana”. “Querido Santos, la fe necesita el testimonio primero del obispo buscando el protagonismo de la palabra”, ha agregado.
Bernardito Auza ha hecho hincapié en el lema episcopal que ya eligió Santos Montoya en su ordenación episcopal en 2017, 'En tu palabra', y que a juicio del nuncio “manifiesta su mirada a Cristo que ahora le confía esta porción de su iglesia. Actuando como si todo dependiera de nosotros, pero dejando todo en sus manos bondadosas. Deseo expresarle mi ánimo por mantener su talante evangelizador con que se ha distinguido en su vida sacerdotal y episcopal. Acogiendo a las personas para hacer que Dios entre en las almas confiadas”.
Asimismo, ha reivindicado el papel de Santos Montoya por dar protagonismo a “un laicado comprometido con la fe” como integrante de la Comisión Episcopal de Laicos, Familia y Vida: “Cuente con nuestras humildes oraciones”, ha expresado Bernardito Auza.
Santos Montoya: “ La autoridad que se nos confía es para servir mejor a los demás”
En su homilía, Santos Montoya, se congratulaba por el aspecto que lucía este sábado la catedral de Calahorra, no solo a nivel estético, sino por convertirse en un lugar de comunión, “de encuentro de personas venidas de diferentes rincones de La Rioja y otros lugares movidos por la fe, la amistad, la familia, la vida social y política”.
Un signo que, para el nuevo obispo de la diócesis riojana, revela “la misión el obispo como principio de comunión eclesial y deseo de contribuir a la cohesión social, donde podamos tratarnos con dignidad entorno a la verdad y la caridad, a imagen del buen pastor”.
En este contexto, ha expresado que sin una estrecha relación con Jesús, su encargo “puede terminar desvirtuándose. Si el corazón no está entregado a Dios, la misión peligra. La fe no es una idea, es una relación concreta, afectiva con la persona de Jesucristo, viva para siempre”, ha agregado.
Santos Montoya ha recordado que la Iglesia, en la liturgia, representa al obispo con tres signos que expresan lo que los fieles esperan de su figura y su encargo pastoral, como son el anillo (“es un signo de fidelidad a la Iglesia. El afecto al Señor es un afecto a la Iglesia. Sin afecto a la Iglesia no esperemos encontrar a Dios. Todo cristiano está llamado a vivir esta fidelidad que hace creíble a la Iglesia”); la mitra (“para que brille en ti el resplandor de la santidad, para cuando aparezca el príncipe de los pastores merezcas recibir la corona de Gloria que no se marchita. El Señor nos quiere así, con conducta digna de Él”) y el báculo (“es signo del ministerio pastoral y cuidado el rebaño que el Espíritu Santo te ha encargado guardar como pastor de la Iglesia de Dios. La autoridad que se nos confía es para servir mejor a los demás, especialmente a las víctimas y necesitados. No podemos huir del lobo, sino estar dispuesto de ahogar el mal haciendo el bien, sin miedo a entregar la propia vida, a imitación del buen pastor”).
Así las cosas, Santos Montoya apunta que si todos los fieles “obramos conforme a estas insignias, estaremos facilitando el terreno para que sean más los que se dirijan a Dios”.