Los obispos chilenos condenan la violencia contra inmigrantes en Iquique: "No es el Chile al que aspiramos"
El episcopado del país andino ha exhortado a los fieles a acoger a quienes llegan desde el extranjero, al tiempo que piden a las autoridades asumir la problemática migratoria
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El pasado 27 de septiembre, el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile ha expresado su rechazo a los actos violentos ocurridos contra inmigrantes en la ciudad de Iquique. En su declaración, los prelados chilenos han manifestado que "observar la agresión a personas en situación de vulnerabilidad, incluidos niños y adolescentes, junto a la destrucción de sus pocas pertenencias, mientras se gritaba ‘vivas’ a Chile, nos llena de vergüenza y de estupor". También declaran que "no es ese el Chile al que todos aspiramos".
En este sentido, los obispos del país andino han expresado la necesidad de recordar que "detrás de la migración hay situaciones de pobreza, de violencia y de crisis de las que se huye. Por eso la migración, junto con ser un hecho doloroso, es también un derecho humano, porque las personas tienen derecho a buscar una vida mejor y a huir de la desesperación".
Profundizando más en este hecho, el episcopado chileno ha animado a sus compatriotas a recordar los tiempos del pasado en que "fueron acogidos y encontraron un espacio de desarrollo en otros países", fruto de las diversas crisis que sufrió Chile durante el siglo pasado: "Si la dignidad de la persona humana no queda a salvo y, por el contrario, consideramos a algunos menos valiosos o descartables, no hay futuro ni para la fraternidad ni para la sobrevivencia de la humanidad".
Los obispos piden acoger y entender la situación de los inmigrantes
Del mismo modo, aunque han defendido la necesidad de una regulación del ámbito migratorio en el país, pero explican que "regular no es lo mismo que prohibir o hacerla imposible inflexiblemente". También han realizado un llamamiento a las autoridades a "asumir la problemática migratoria, ofreciendo espacios de acogida en condiciones dignas, que permitan no cargar a las comunidades locales con situaciones urbanas indeseadas".
Explicando este aspecto, los prelados de Chile han solicitado la acción de las autoridades para afrontar el problema migratorio que actualmente experimenta el país y todo el continente: "No puede haber indolencia o negligencia de parte del Estado, pues ello solo agrava el problema", explican los obispos.
Finalmente, el episcopado del país han pedido "no asumir ni promover actitudes hostiles al inmigrante", al tiempo que explican que la fe debe suponer una integración y acogimiento del prójimo: "Una mentalidad xenófoba y replegada sobre sí misma, sea por la consideración que sea, no puede prevalecer por encima de las más hondas convicciones de fe, que nos hacen sostener el valor de cada persona humana y la ley suprema del amor fraterno".