Mons. Sanz Montes, elegido miembro de la Comisión ejecutiva de la CEE

El Arzobispo de Oviedo, el mayor de una familia de ocho hermanos, se entregó a la vida consagrada con veinte primaveras

El arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

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Los que conocen al arzobispo de Oviedo, Monseñor Jesús Sanz Montes- elegido miembro de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española, aseguran que es ante todo muy sincero: “Yo, pelos, solo en la barba”, reconoció en una entrevista reciente. Hace más de una década que este religioso franciscano doctarado en Teología fue nombrado Arzobispo de la diócesis asturiana, a la que se ha adaptado a las mil maravillas. Tanto es así que se muestra tajante cuando en alguna ocasión le preguntan sobre la politización del santuario de Covadonga: “Quien quiera inspirarse en Covadonga para su propio rearme, está en su derecho, pero no lo presto para un acto político”, ha sostenido.

Sus raíces sin embargo son madrileñas. Nació hace 65 años (1955). Es el mayor de ocho hermanos. Con veinte, decidió entregarse a la vida consagrada, abandonando incluso su trabajo en la banca.

Teólogo amante de la montaña

Ingresó en el Seminario Conciliar de Toledo en 1975 donde cursó los estudios institucionales teológicos (1975-1981). En 1981 ingresó en la Orden Franciscana, haciendo la profesión solemne el 14 de septiembre de 1985 en Toledo. Es preconizado obispo de Huesca y de Jaca el 23 de octubre de 2003, y fue consagrado el 14 de diciembre de 2003 en la S.I. Catedral de Huesca. Este franciscano era ya obispo a los 48 años cuando fue enviado al Pirineo. En Roma y Austria consiguió licenciaturas y doctorados, pero antes de ser sacerdote se formó en Economía y Derecho Mercantil.

Monseñor Jesús Sanz Montes se considera un “peregrino indómito” y de su etapa en Huesca recuerda que siendo obispo en los Pirineos pudo disfrutar de las cumbres, del esquí y de la bicicleta de montaña. “Dios te da caramelos, no sólo disgustos”, bromeaba alguna vez el prelado, que confesaba haber subido también unos cuantos picos en Asturias, aunque dice tener entre ceja y ceja el Urriellu: “Quiero celebrar misa en la cumbre, que exige poco espacio, el justo para poner el cáliz y una patena, y tener a los compañeros de cordada”.

Preocupado por la coyuntura política y la despoblación

El Arzobispo de Oviedo no es ajeno a las dificultades por las que atraviesa el país y los obstáculos que podría encontrarse la Iglesia con un gobierno de corte marcadamente laicista. Ha llegado a reconocer cierta preocupación, concretamente por el futuro de la Educación Concertada: “Se ha repetido hasta la saciedad esa especie de mantra de la escuela laica, pública y única. Si retirásemos del escenario educativo la presencia de la Iglesia el país se vendría abajo, porque el Estado no podría asumir esa educación laica, única y pública”, ha declarado cuando le preguntaban por este asunto los periodistas.

Tampoco pasa por alta el drama demográfico que vive la Península, con una España que marcha a dos velocidades: “Algo estamos haciendo mal cuando no damos la ayuda que necesita la familia para poder tener más hijos. Me preocupa enormemente, porque significa no solo que hay menos esperanza y mayor tristeza, sino que se envejece la sociedad”.

Amigo de las nuevas tecnologías

Don Jesús es muy amigo de las nuevas tecnologías. De hecho, tiene una cuenta de Twitter y otra en Facebook. Sus interesantes escritos, como homilías, cartas pastorales o comentarios del Evangelio pueden encontrarse en la página Web de la diócesis. Don Jesús respondía así a una pregunta sobre el uso de tablets: “Yo siempre he sido curioso de estas herramientas. No es que la tecnología me seduzca, pero me permite trabajar con comodidad en algunas cuestiones a las que me dedico como profesor, preparando proyecciones, por ejemplo”.

Su lema episcopal es 'Christus Omnia in Omnibus', en español 'Cristo lo es todo en todas las cosas', tomado de la Epístola a los Colosenses: “Cristo lo es todo. No una cosa más. No algo opcional. Lo es todo. Porque en Él se nos ha revelado lo más hermoso que nuestro corazón sueña como la más noble exigencia y que no somos capaces de amasar con nuestras manos ni dar respuesta con nuestra buena voluntad”.

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