El Papa apuesta por "responder sin demora a las necesidades primarias de la población"

El Papa Francisco ha pronunciado un discurso a los embajadores acreditados ante la Santa Sede para la felicitación de año nuevo que hace siempre de forma tradicional. Repasó los viajes internacionales que realizó durante el año, como el de Portugal por el centenario de las apariciones de la Virgen en Fátima y celebrar la canonización de los pastores Jacinta y Francisco Marto.

Tras recordar que "la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana", el Papa ha señalado su deseo de centrar el discurso en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Ha pedido respeto para todas aquellas personas que sufren en cualquier parte del mundo. "En el actual contexto internacional no deben faltar las posibilidades y medios para segurar a cada hombre y mujer que vive sobre la tierra las condiciones dignas de toda persona humana". ha afirmado.

Por otro lado, ha recordado su viaje a Colombia del año pasado para "bendecir los esfuerzos y la valentía de ese amado pueblo, marcado por un vivo anhelo de paz tras más de medio siglo de conflicto interno".También ha dedicado su pensamiento al embajador de Colombia, Guillermo León Escobar Herrán, que falleció a finales del año pasado.

La crisis en Venezuela también había estado presente durante su mensaje de Navidad antes de la bendición "Urbi et Otbi" cuando confió "Venezuela al Niño Jesús para que se pueda retomar un diálogo sereno entre los diversos componentes sociales por el bien de todo el querido pueblo venezolano". Asimismo, instó a que se "creen las condiciones" para que las elecciones previstas durante el año en Venezuela "logren dar inicio a la solución de los conflictos existentes" y a "responder sin demora a las necesidades primarias de la población".

También rememoró los de "Egipto, Myanmar y Bangladesh (donde) pude reunirme con las comunidades cristianas locales que, aunque numéricamente escasas, son dignas de aprecio por su contribución al desarrollo y a la convivencia civil de sus respectivos países".