Todos los viajes del Papa en cinco años

El Santo padre ha dejado su particular huella personal y un mensaje de esperanza para los lugares que ha visitado. Muchos de ellos, con dificultades económicas y sociales

La visita a Turquía tuvo especial importancia en los viajes del Santo padre

Juan Andrés RubertMiguel Palazón

Publicado el - Actualizado

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El Papa Francisco ha completado 31 viajes internacionales en sus 5 años de pontificado, en los que ha recorrido cuatro continentes. En todos ellos, el Santo Padre ha dejado su particular huella personal y un mensaje de esperanza para los lugares que ha visitado –muchos de ellos, con dificultades económicas y sociales-.

El primero de todos, a finales de julio de 2013, a Río de Janeiro (Brasil). No podría ser de otra manera, allí se celebraba la Jornada Mundial de la Juventud, y Francisco no podía faltar ni encontrar mejor lugar para estrenar sus viajes apostólicos. A los jóvenes les pidió ser “revolucionarios” y positivos. “Aunque nuestros jóvenes sienten la sugestión de tantos ídolos como el dinero, el éxito, el poder, el placer», no hay que dejarse desanimar por el mal: «Queridos hermanos y hermanas, seamos luces de esperanza. Tengamos una visión positiva de la realidad», les demandó Francisco. Su segundo viaje no llegaría hasta 2014, pero también fue enormemente significativo. El Papa aterrizó en Tierra Santa en mayo de 2014 para visitar Jordania, Palestina e Israel. Allí predicó la paz en medio del conflicto sirio y del palestino-israelí. Allí, además, se abrazó con el rabino Abraham Skorka y el musulmán Omar Abboud ante el Muro de las Lamentaciones en el llamado “abrazo de las tres religiones”, en una imagen para la Historia.

Asimismo quedan para el recuerdo sus palabras en el museo del Holocausto: “Nunca más, Señor, nunca más”. Ese mismo año, Francisco pisó Corea del Sur, visibilizando a una de las poblaciones católicas más minoritarias, con 5,4 millones de creyentes en un país de 51 millones. En Seúl rezó por la reconciliación con el norte. Aquello fue en agosto. Un mes después, en septiembre de 2014, el Papa cruzaba el Adriático para visitar Albania, un estado multirreligioso de los Balcanes. Es su primer viaje internacional en Europa. En Tirana, nada más llegar, elogió la concordia entre católicos, ortodoxos y musulmanes. Otro de los viajes destacados del Papa no solo de 2014, sino de todo su pontificado, fue el que realizó a Estrasburgo en noviembre para comparecer ante el Parlamento Europeo, donde destacó la necesidad del papel de la Unión Europea a favor de los Derechos Humanos y la dignidad e instó a sus estados miembro a “poner en práctica legislaciones adecuadas que sean capaces de tutelar los derechos de los ciudadanos europeos y de garantizar al mismo tiempo la acogida a los inmigrantes”. Hasta Pablo Iglesias, por entonces eurodiputado, le aplaudió y elogió en Twitter

Turquía, otro estado multicultura, es el último país al que el Santo Padre llega en 2014. Ante el presidente Erdogan reivindicó la libertad de culto para todas las religiones. Francisco estrenó 2015 volviendo a Asia. En esta ocasión, se convirtió en el primer Papa en visitar Sri Lanka, país que le recibió con entusiasmo en enero de ese. Los católicos sin minoría (6,2%) frente a la mayoría budista. También pisó Filipinas, donde hizo historia celebrando una misa ante casi 7 millones de personas. El 6 de junio de 2015 Francisco viajó al Jerusalén de Occidente: Sarajevo, la capital de Bosnia Herzegovina, una ciudad de encuentro interreligioso y castigada por la guerra de los Balcanes en los 90.Un viaje que el Santo Padre realizó “para animar este camino de convivencia pacífica entre poblaciones diversas; un camino fatigoso, difícil, ¡pero posible!”

Al mes siguiente, en julio, Francisco se trasladaba a Sudamérica para una estancia semanal en Ecuador, Paraguay y Bolivia. No eligió estos países por casualidad: son los tres más pobres de Sudamérica. En la ceremonia de bienvenida en Quito dejó una frase para el recuerdo: “Los pobres son la deuda que todavía toda América Latina tiene”. Se encontró con jóvenes, miembros de la sociedad civil y el presidente boliviano, Evo Morales. Uno de los viajes más trascendentes, por el momento histórico, que el Papa ha realizado durante su pontificado, es el que hizo en septiembre de 2015 a Cuba y EEUU. En La Habana, junto al presidente Raúl Castro, le pidió “libertad y medios” para que la Iglesia siga acompañando el proceso de apertura, pueda llegar a todo el país, y para propiciar el acercamiento a Estados Unidos. En EEUU, el Papa participó el Encuentro Mundial de las Familias en Philadelphia

La última gira apostólica del año, la primera a África: Francisco visitó en noviembre de 2015 Kenia, Uganda y la República Centroafricana. En una estancia de 5 días, el Papa reclamó en un barrio marginal de Nairobi las tres T: techo, tierra y trabajo. En Uganda, quiso dar aliento a este país, mientras que en la República Centroafricana dijo que “cristianos y musulmanes somos hermanos”.

En 2016, el Santo padre mantiene también el ritmo de viajes al exterior, empezando por México. Del 12 al 18 de febrero de 2016, el Papa Francisco visita este país, previo paso por Cuba. Esta vez, no hizo escala para encontrarse con Fidel Castro, sino para una reunión que también fue histórica, ya que era con el patriarca Cirilo I de Moscú. Se trató del primer encuentro líder de la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa del Patriarcado de Moscú, que están divididas desde el año 1054. Quizá el momento más esperado fue el final de su viaje, cuando celebró una multitudinaria misa en Ciudad Juárez, localidad fronteriza con Estados Unidos. Durante la homilía, Francisco lamentó profundamente el drama los inmigrantes: “Esta tragedia humana que representa la migración forzada (...) se puede medir en cifras, nosotros queremos medirla por nombres, por historias, por familias”. Sin dejar de lado el drama de los refugiados, Francisco viaja en abril de 2016 a Lesbos, en Grecia, uno de los sitios más afectados por esta lacra. El Santo padre pidió a la comunidad internacional que no ignorara la crisis humanitaria y recalcó que "todos somos migrantes".

De Grecia a Armenia. Otro país que también sufrió y mucho en tiempos pasados. El Papa Francisco calificó en Ereván la masacre de más de un millón de armenios como "el primer genocidio del siglo XX". Una declaración que levantó mucha polémica en el gobierno turco, responsabilizado históricamente (Imperio otomano) de esta masacre. A partir de aquí, la próxima gran fecha fue la XXXI Jornada Mundial de la Juventud 2016, que se celebró en Polonia del 27 al 31 de julio. Desde que el Papa asumió el Ministerio petrino, una de sus grandes mensajes siempre fue la de salir a la periferia y no quedarse parado. Y la JMJ no iba a ser menos, ya que el Santo padre dijo que los cristianos “se tienen que movilizar, y nada de quedarse apalancados tranquilamente en el sofá”.

Tan solo un mes después, Francisco se trasladó a Georgia y Azerbaiyán. Segunda etapa por el Cáucaso, en la que dejó clara la misión por estas tierras: “Dios bendiga Armenia, Georgia y Azerbaiyán y acompañe el camino de su pueblo santo peregrino en estos países". Y aquí llega otro viaje importante. El papa Francisco viajó después a la fría Suecia, con motivo de la conmemoración de los 500 años de la reforma luterana. Este encuentro se celebró en un ambiente de reconciliación, que bien se puede resumir con esta frase del Santo padre: “El acercamiento nos hace bien a todos. Por el contrario, la distancia nos enferma”. El de Suecia sería su última salida del 2016. El intervalo de tiempo hasta el próximo viaje -a Egipto- fue largo, desde noviembre del 2016 hasta abril 2017. Un viaje lleno de peligros e inseguridades, debido a la inestabilidad del país y la persecución de los cristianos coptos. “Nuestro mundo, desgarrado por la violencia ciega, tiene necesidad de constructores de puentes de paz, de diálogo, de fraternidad, de justicia y de humanidad”, señaló Francisco en El Cairo.

de Egipto a Portugal. 12 y 13 de mayo de 2017. Un viaje apostólico que el Santo padre no lo calificó como tal, sino como una “peregrinación”. Estamos hablando del viaje al santuario de Fátima, y donde el Papa canonizó a dos de los tres pastorcitos, Francisco y Jacinta, videntes junto a Lucía de las apariciones de la virgen María en Fátima. El siguiente viaje fue justo al otro lado del charco. El Pontífice -que como anécdota curiosa se golpeó en un ojo mientras viajaba en el Papamóvil- viajó a Colombia. Unos días en los que los mensajes del Papa estuvieron centrados, principalmente, en la política. Más concretamente, en la situación que atravesaba y atraviesa Venezuela. El Santo padre pidió justicia también para las víctimas del conflicto de las FARC y la condena del narcotráfico.

Y en menos de dos meses, el Papa marcha rumbo a Bangladés y Birmania. El Papa se llegó a reunir con un grupo de 17 líderes representantes de las diferentes religiones presentes en Birmania. Les instó a defender su identidad, no tener miedo a las diferencias y "no dejarse colonizar". Un país donde el 90% de la población es budista. Y en Bangladesh, Francisco señaló: “Que mi presencia en este país sea un signo de cercanía y esperanza”. Termina el 2017 y, hasta la fecha, el papa Francisco 'solo' se ha desplazado a Chile y Perú. Un viaje todavía reciente, ya que fue el pasado mes de enero. El Santo padre insistió mucho en la importancia de seguir los modelos de santidad que tanto chilenos como peruanos tienen en cantidad y calidad. Otro viaje a su amada Latinoamérica, en la que todavía falta por ver si visitará pronto su tierra natal, Argentina.

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