José Polo Benito: mártir del siglo XX y deán de la Catedral de Toledo que fue ejemplo de conciliación Ciencia y Fe
Salmantino de nacimiento, Polo Benito fue un sacerdote y escritor que alcanzó la dignidad de deán de las catedrales de Plasencia y Toledo
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De camino a la celebración del 800 aniversario de la construcción de la Catedral de Toledo, y para descubrir la relación de dicha catedral con la conciliación ciencia-fe, el caso de José Polo Benito resulta más que ilustrativo, por cruel que fuese el final de su vida. Se le han dedicado infinidad de estudios y artículos, pero ninguno con esta perspectiva de conciliación truncada por la brutalidad atea, ideología que se nos presenta como supuesta promotora de la ciencia más allá de la Iglesia Católica.
No creo que sea aconsejable negar que tanto las leyes de memoria histórica como la más reciente de memoria democrática tengan buena intención, en el sentido de ayudar a que los familiares de las víctimas de la Guerra Civil puedan sepultar a sus difuntos. Lo que ya no parece tan bueno es que solamente se hable de parte de las víctimas, concretamente de las del bando perdedor, porque haciéndolo así podemos estar condenando sólo parte de las barbaridades que se hicieron, y sólo una de las dictaduras que se implantaron, cuando en realidad hubo una segunda, la del proletariado, impuesta por el Ejército del Frente Popular, que no para de ser blanqueada por algunos.
Se nos dice que las víctimas del bando ganador ya fueron en su día honradas suficientemente…pero no parece mala idea hacerlo también ahora en democracia para tomar noticia de que hubo malos en todos los bandos, y malos sigue habiendo y lo estamos viendo, porque los jóvenes de hoy no vivían en el franquismo, y si no se lo decimos no se enteran.
Además, resulta que existe también a mi entender la falsa percepción -es lo que le suele pasar a la memoria- de que el bando ganador destruyó la ciencia que el bando perdedor mayoritariamente ateo y materialista desarrollaba y protegía… Hablar de José Polo Benito como hecho histórico concreto y científicamente comprobable sirve para señalar qué pasó cuando el ateísmo materialista se encontró con científicos que no profesaban ninguna de esas ideologías, al tiempo que dejar claro el tipo de barbaridades que perpetró el bando perdedor y cómo la ciencia y la fe se dieron la mano en personas concretas. Hacerlo de otro modo es sólo memoria sesgada, pseudociencia.
José Polo Benito (Salamanca, 27 de enero de 1879 - Toledo, 22 de agosto de 1936) fue un presbítero católico y escritor español, que alcanzó la dignidad de deán de las catedrales de Plasencia y Toledo, llegando a presidir la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Plasencia. La vida de Polo se desenvolvió durante la conocida como Edad de Plata, sobre la que pesa un discurso ideológico y absolutamente sesgado que pretende hacernos creer que la ciencia avanzó gracias a la exclusiva intervención de krausistas, masones, laicistas, ateos y materialistas, algo que es simple y llanamente tomar la parte por el todo: el desarrollo científico, educativo y cultural del primer tercio del siglo XX, la Edad de Plata de la cultura española, fue un fruto temprano del Regeneracionismo, capitaneado por personas creyentes y practicantes como Joaquín Costa, Ramón y Cajal, Lucas Mallada, etc. que fundamentalmente se llevó a cabo durante la monarquía parlamentaria católica confesional de Alfonso XIII por una práctica totalidad de relevantes personajes en los ámbitos conservadores y liberales, y también algunos otros -una ínfima minoría de muy pocos- encuadrables en los grupos mencionados anteriormente.
Polo Estudió Latín, Filosofía, y Teología, doctorándose en Teología y Cánones en la Universidad de Salamanca. Para doctorarse hay que demostrar la capacidad de generar conocimiento novedoso sobre la especialidad universitaria que te has licenciado, filosofía o teología en este caso, algo que se hace mediante un examen especial consistente en la presentación de un estudio de alto nivel académico llamado Tesis Doctoral frente a un tribunal de especialistas en la materia, científicos o profesores universitarios. Una vez superado dicho examen y demostrado que el conocimiento generado es novedoso, se concede el título de Doctor por la universidad correspondiente. Bueno, pues el bueno de José Polo, ordenado sacerdote en 1904, tuvo éxito en este su primer estudio científico, y en 1905 fue nombrado catedrático de la Universidad de Salamanca. Como consecuencia de sus estudios científicos, fue autor de varios libros de su especialidad. A colación del 800 aniversario de la Catedral de Toledo, decir que ‘El arte en España’, Edición THOMAS era una colección de libritos que editaba el Patronato Nacional de Turismo a principios del siglo XX que proponiéndose propagar el conocimiento de los tesoros artísticos de nuestra patria, llegó a publicar en el nº 25 «La catedral de Toledo : Cuarenta y ocho ilustraciones con texto de José Polo Benito. Deán de Toledo. De la Academia de la Historia. El texto en castellano, aparece en francés y en inglés» y el nº 26 con título: «Catedral de Toledo. Museo. Cuarenta y ocho ilustraciones con texto de José Polo Benito. Deán de Toledo. De la Academia de la Historia. El texto en castellano, aparece en francés y en inglés».
En 1911 fue maestre-escuela de la Catedral de Plasencia, y 1918, deán de la catedral. Maestre escuela era un servicio del cabildo catedralicio dedicado a la enseñanza tanto del cabildo como, en ocasiones, de los pobres del lugar. Dean sería el responsable del cabildo, el servidor de todos los presbíteros pertenecientes al cabildo y promotor de obras benéficas tanto en la enseñanza como en la sanidad. Es decir, Polo fue un enseñante en todos los sentidos, incluido el ámbito universitario, o sea, al máximo nivel. Eso no le impidió preocuparse por los pobres de Las Hurdes, organizando el viaje que a la comarca hiciera Alfonso XIII en 1922, dirigiendo la revista Las Hurdes, organizando el Congreso Nacional Hurdanófilo celebrado en Plasencia… además también fundó y dirigió el periódico Regional (1907-1914). Participó en el Congreso Eucarístico Internacional de Viena, en el Congreso Social de las Asociaciones del Norte, celebrado en Plasencia, en la Asamblea de la Buena Prensa, en Zaragoza, y en el Congreso de Previsión Social de Barcelona.
El 25 de enero de 1923 fue nombrado deán de la catedral de Toledo, donde continuó su actividad pastoral y humanística, siendo también vicepresidente del Consejo del Patronato de Previsión del Instituto Nacional de Previsión, presidente de la Comisión Provincial de Monumentos, de la Esclavitud de Nuestra Señora del Sagrario y de la Dirección de Peregrinaciones a Roma y Oriente, colaboró con asiduidad en los periódicos ABC y Mundo Católico, así como Prensa Asociada, y dirigió la revista Tierra santa y Roma, todo ello poniendo en evidencia el intenso trabajo periodístico que desarrolló. También escribió para La Razón de Buenos Aires y otros periódicos y revistas extranjeros, y encima se presentó a las elecciones de las Cortes Constituyentes en 1931: y no hizo más cosas porque no le daba la vida!. Su intensa actividad intelectual y periodística le valió ser condecorado con la Cruz de Oro del Santo Sepulcro de Jerusalén. En 1925, ingresó en la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.
Pues bien, desatada la Guerra Civil, los que ahora nos quieren algunos hacer creer que eran defensores de la pluralidad democrática y de la ciencia hispana, el Ejército del Frente Popular, se dedicaron en Toledo a asesinar en menos de dos meses a 103 sacerdotes y religiosos, entre otros a nuestra querida eminencia José Polo, que fue brutalmente asesinado en la Puerta del Cambrón de Toledo junto a un grupo de 80 personas, entre los cuales estaba al parecer Luis Moscardó, el hijo del coronel Moscardó, defensor del Alcázar de Toledo y Manuel Basarán del Águila. Sería beatificado junto con otros 497 mártires por el papa Benedicto XVI el 28 de octubre de 2007 en Roma. En su honor existe en Salamanca la Calle Deán Polo Benito, conservándose su cuerpo incorrupto en la capilla del Sagrado Corazón de Jesús en la Catedral de Toledo, que pronto cumple 800 años.
Sobre los hechos acaecidos nada mejor que consultar el artículo del catedrático de historia Javier Paredes, donde se indica que fue delatado por un albañil al que ayudaba encargándole cualquier tipo de chapuza para que ganara algo de dinero, pues estaba en paro, y murió perdonando a sus asesinos, como tantos otros. Como el propio Javier Paredes indica en reflexión científica y no sólo memorística, ni la II República fue un modelo de convivencia política, como defienden las ideologías ateas y materialistas que confluyeron en el Frente Popular, ni los asesinos de nuestros mártires fueron demócratas antifascistas como ahora con leyes como la memoria democrática sus herederos ideológicos nos quieren hacer creer. Solo asesinos, eso es lo que fueron. Y si lo que se quiere es ampliar información, pues nada mejor que echar un vistazo a los magníficos artículos de Jorge López Teulón, Postulador de una Causa de más de novecientos mártires de la persecución religiosa de 1936 a 1939, para la provincia eclesiástica de Toledo y la diócesis de Ávila.