A través del testimonio de unos seminaristas me planteé el sacerdocio

Diego Antonio Molina:

Yo pertenecía a los grupos de jóvenes de la Parroquia de mi pueblo, de los Ogíjares y allí iban los seminaristas. Don Andrés Molina, el Párroco, pues los llamó para llevar los grupos de jóvenes y,a través de ellos, pues yo descubrí o sentí que Dios me llamaba. ¿Por qué? Por ellos yo vi dos cosas. Uno la alegría. La alegría que tenían. Eran personas normales. Contaban chistes. Y era la alegría, sobre todo, de servir al hermano. Y vi la Fe como servicio al otro y yo descubrí un poco, o sentí que Dios me llamaba.