Obras Completas de la Madre Mariana de San José (1568-1638)

Obras Completas de la Madre Mariana de San José (1568-1638)

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Presentación de las Obras Completas de la Madre Mariana de San José (1568-1638), fundadora de las Agustinas Recoletas

Monasterio de la Encarnación, Madrid. 14 mayo 2015, 18 horas

El acto de presentación

Cuatro meses más tarde de su publicación por la Biblioteca de Autores Cristianos (Serie Maior 115), cuando ya el volumen está distribuido por todo el mundo, ha llegado el momento de presentarlo oficialmente. El acto tendrá lugar el próximo 14 de mayo, jueves, en el Real Monasterio de la Encarnación de Madrid, del que Mariana fue fundadora y priora, y donde reposan sus restos.

La ceremonia dará inicio a las 18 horas bajo la presidencia del cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española. A su lado se sentará monseñor Eusebio Hernández, OAR, obispo de Tarazona (Zaragoza). Y con ellos se hallará el prior general de la Orden de Agustinos Recoletos, fray Miguel Miró, así como sor Eva María Oiz Ezcurra, presidenta de la Federación de Agustinas Recoletas de España. La intervención central está reservada al autor de la edición y máximo conocedor de la madre Mariana, el recoleto Jesús Diez Rastrilla.

Monja y fundadora

Mariana Manzanedo Maldonado nació en Alba de Tormes (Salamanca) en 1568, y siendo de cuatro años recibió la bendición de santa Teresa. Huérfana a los ocho, fue llevada como educanda al monasterio de agustinas de Ciudad Rodrigo (Salamanca), donde profesó como religiosa en 1588. Después de varios cargos en su convento, fue elegida por el provincial agustino Agustín Antolínez para ir en 1603 a fundar, con otras tres religiosas, una casa de recoletas en Éibar (Guipúzcoa). Fue su primera priora.

Tras un año de estancia allí, fue llamada a una segunda fundación en Medina del Campo (Valladolid), donde estuvo dos años. En 1606 abrió una nueva casa en la ciudad de Valladolid, y en 1610 otra en Palencia. Durante su estancia en Valladolid, la conoció la reina doña Margarita de Austria, que cobró por ella una gran admiración y afecto. En 1611, la piadosa Reina la hizo trasladarse a Madrid para ser priora del monasterio de Santa Isabel, que acababa de tomar bajo su patronato. Enseguida, doña Margarita proyectó para su amiga lo que sería el convento de la Encarnación, anexo al Palacio Real. Muerta prematuramente la reina, el rey Felipe III dio cumplimiento a la voluntad de su esposa, de forma que, al concluir en 1616 el nuevo monasterio, Mariana entró en él como priora, desempeñando este cargo hasta su muerte (15 de abril de 1638). Para la historia quedó ya como "la Priora de la Encarnación" por antonomasia.

La cercanía de Palacio la mantenía en relación frecuente con las familias de los monarcas, así como con la más significadas de la nobleza, muchas de cuyas hijas fueron religiosas en la Encarnación. Lo mismo cabe decir de los círculos eclesiásticos y espirituales, tanto por el prestigio del nuevo monasterio como por el reconocimiento general de su Priora. A pesar de lo cual, la vida de Mariana estaba dominada por un deseo acuciante de soledad, recogimiento y oración.

Escritora

Para sus religiosas fue experta maestra de vida espiritual, actividad que extendió a otros monasterios por medio de su correspondencia. Su doctrina es densa, segura y "sustancial". Nunca hubiera sospechado (¡ni querido!) que salieran a luz sus escritos, que intentó destruir; los principales fueron compuestos por indicación de sus directores espirituales.

Son los siguientes:

La Autobiografía, que llega hasta la fundación de Valladolid, con algunas breves noticias de la de Palencia (1610). Las Cuentas de vida espiritual, en total cuarenta y nueve. El Comentario al Cantar de los Cantares, más exactamente a los dos primeros capítulos y parte del tercero. También es importante su Epistolario, que cuenta en la actualidad con 204 cartas propias y otras 40 de sus corresponsales, más algunas que hablan de ella, largamente o en meras alusiones.

Publicó en vida dos obras: las Constituciones para las monjas agustinas recoletas y unos Ejercicios espirituales y repartimiento de todas las horas.

Los "escritos varios" abarcan un Testamento y sendas colecciones de Consejos y máximas, Jaculatorias, Coplas, Oraciones y anotaciones diversas (versículos bíblicos, citas de autores espirituales, etc.). También entran en este apartado los dos testimonios que dio para los procesos de beatificación de Luisa de Carvajal y Luis de La Puente.

Espiritual

El proceso diocesano para su canonización se abrió en Madrid el 27 de abril de 1993 y fue clausurado el 10 de julio de 1996, pasando después a Roma. En noviembre de 2007, la Positio sobre las virtudes heroicas de Mariana mereció ser aprobada por la Comisión de peritos en historia de la Congregación de los Santos, que la consideró investigación muy exhaustiva.

Madre, hoy

Desde su puesto privilegiado como Priora de la Encarnación, la Madre favoreció cuanto pudo la fundación de nuevos monasterios, casi otra decena durante los años de su vida. Y aquel plantío primero fue produciendo en el tiempo una cosecha abundante que hoy sigue esplendorosa. En la actualidad, los monasterios de agustinas recoletas que se consideran herederos suyos son 46: 28 en España, 13 en México, 2 en Kenia, 1 en Filipinas, 1 en Estados Unidos y 1 en Brasil. En total, casi 600 hermanas.

En el Año de la Vida Consagrada y en el Centenario Teresiano

Por eso resulta especialmente oportuna esta publicación por ver la luz en el Año de la Vida Consagrada. También lo es por aparecer en el marco del Año Teresiano que se celebra con motivo del Vº Centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús. En este Año encaja a la perfección por tratarse de una de las más ilustres continuadoras del espíritu de la Santa de Ávila. Puede decirse que la estrella de Teresa se prolonga en Mariana. Esta última nace en Alba de Tormes (Salamanca) catorce años antes de que allí muera santa Teresa, de la que su madre era muy devota. Mariana misma recuerda en su Vida cómo, siendo niña, llegó a conocer a la Santa, de mano de su madre; y cómo la madre Teresa la bendijo. Aquella bendición fue para Mariana como el espaldarazo que marcará para siempre su vida de imitadora de la gran Reformadora. La edición de estas Obras completas no será el menor de los homenajes que santa Teresa reciba en este Vº Centenario.

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