EVANGELIO DEL DÍA

Evangelio 9 de octubre de 2018: "Ha escogido la mejor parte y no se la quitarán"

San Lucas 10, 38-42

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Evangelio 9 de octubre de 2018: "Ha escogido la mejor parte y no se la quitarán"

Redacción Religión

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El Evangelio del día 8 de octubre de 2018 con las lecturas de hoy:

Del Evangelio según san Lucas 10,38-42:

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano".

Pero el Señor le contestó: "Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán".

Lectura de la carta del apóstol Pablo a los Gálatas 1,13-24:

Habéis oído hablar de mi conducta pasada en el judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba, y me señalaba en el judaísmo más que muchos de mi edad y de mi raza, como partidario fanático de las tradiciones de mis antepasados. Pero, cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles, en seguida, sin consultar con hombres, sin subir a Jerusalén a ver a los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, y después volví a Damasco. Más tarde, pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer a Pedro, y me quedé quince días con él. Pero no vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el pariente del Señor. Dios es testigo de que no miento en lo que os escribo. Fui después a Siria y a Cilicia. Las Iglesias cristianas de Judea no me conocían personalmente; sólo habían oído decir que el antiguo perseguidor predicaba ahora la fe que antes intentaba destruir, y alababan a Dios por causa mía. 

Salmo 138

R/. Guíame, Señor, por el camino eterno

Señor, tú me sondeas y me conoces; 

me conoces cuando me siento o me levanto, 

de lejos penetras mis pensamientos; 

distingues mi camino y mi descanso, 

todas mis sendas te son familiares. R/.

Tú has creado mis entrañas, 

me has tejido en el seno materno. 

Te doy gracias, 

porque me has escogido portentosamente, 

porque son admirables tus obras. R/.

Conocías hasta el fondo de mi alma, 

no desconocías mis huesos. 

Cuando, en lo oculto, me iba formando, 

y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/.

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