"No juzguéis, para que no seáis juzgados"

(san Mateo 7, 1-5)

ctv-rjb-evangelio-lunes

Redacción Religión

Publicado el

2 min lectura

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 1-5

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque seréis juzgados como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame que te saque la mota del ojo”, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano».

Primera lectura

Lectura del segundo libro de los Reyes 17, 5-8. 13-15a. 18

En aquellos días, avanzó Salmanasar, rey de Asiria, contra todo el país, comenzando por Samaría, a la que puso sitio durante tres años, hasta que, el año noveno de Oseas, el rey de Asiria la conquistó. Deportó a Israel a Asiria y lo estableció en Jalaj, en el Jabor, río de Gozán, así como en las ciudades de los medos. Esto sucedió porque los hijos de Israel habían pecado contra el Señor, su Dios, que los había sacado de la tierra de Egipto, sustrayéndolos a la mano del faraón, rey de Egipto; porque dieron culto a otros dioses y siguieron las costumbres de aquellas naciones que el Señor había expulsado ante ellos.

Pues el Señor había advertido a Israel y a Judá, por boca de todos los profetas y videntes: «Convertíos de vuestros malos caminos y guardad mis mandamientos y decretos, conforme a la ley que prescribí a vuestros padres y que les transmití por mano de mis siervos los profetas». Pero no hicieron caso, manteniendo dura la cerviz como habían hecho sus padres, que no confiaron en el Señor, su Dios. Despreciaron así sus leyes y la alianza que estableció con sus padres, tanto como las exigencias que les impuso. Y se encolerizó el Señor sobremanera contra Israel, apartándolos de su presencia. Solo quedó la tribu de Judá.

Salmo

Sal 59, 3. 4-5. 12-13

R/. Que tu mano salvadora, Señor, nos responda.

Oh Dios, nos rechazaste y rompiste nuestras filas

estabas airado, pero restáuranos. R/.

Has sacudido y agrietado el país:

repara sus grietas, que se desmorona.

Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo,

dándole a beber un vino de vértigo. R/.

Oh, Dios, nos has rechazado

y no sales ya con nuestras tropas.

Auxílianos contra el enemigo,

que la ayuda del hombre es inútil.

Con Dios haremos proezas,

él pisoteará a nuestros enemigos. R/.

Temas relacionados

nuestros programas

ECCLESIA ALVARO SAEZ

Ecclesia

Con Álvaro Sáez

Domingos a las 13:00h