La compasión

Una semana más, José-Román Flecha Andrés reflexiona sobre el Evangelio: «Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo» (Lc 6, 36)

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Redacción digital

Madrid - Publicado el

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Por José-Román Flecha Andrés

Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo” (Lc 6, 36)

Señor Jesús, nosotros sabemos que la compasión no es bien aceptada en nuestro tiempo. Nuestra sociedad ha aprendido a promover y reivindicar los derechos humanos. Hoy se piensa que para respetar la dignidad humana no basta practicar la compasión, sino que es preciso ejercer los deberes exigidos por la justicia.

Sin embargo, la experiencia nos dice que tampoco basta con aplicar a las personas la justicia más estricta, sino que es preciso aplicarla de forma misericordiosa, es decir con un talante humano y, a ser posible, afectuoso.

Además, en lugar de la compasión hoy se promueven la solidaridad y el compromiso social del voluntariado. Esta bien, pero la compasión que tú nos pides se identifica con el perdón con que Dios nos acoge y con la generosidad que nosotros debemos a los demás.

Sabemos que la misericordia y la compasión hacen más humanas las relaciones entre las personas y entre los grupos de ciudadanos. Es verdad que su necesidad puede ser descubierta por la razón y la experiencia. Pero la misericordia y la compasión expresan las cualidades más propias de Dios.

Señor Jesús, con tus gestos y con tus parábolas tú nos has mostrado el verdadero rostro de Dios, comparable con el de un padre que siente compasión del hijo perdido y lo acoge con los brazos abiertos.

Tú te compadecías de las multitudes y de personas concretas, como una viuda a la que se le había muerto su hijo único, o un padre desconsolado por la muerte de su hija. Con razón nos pides que seamos compasivos como tu Padre, que es también nuestro Padre.

Así pues, te ruego que me ayudes a comprender que la compasión no es tan solo un sentimiento. Es la revelación de Dios a este mundo anclado en la indiferencia. Es la manifestación de la íntima verdad del ser humano. Es nuestra forma de reconocer en los demás tu misma imagen. No permitas que olvide tu ejemplo.