28 DE agosto
San Agustín: escritor, filósofo, teólogo y obispo de Hipona
Comentario de Jesús Luis Sacristán
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Los Santos han experimentado ya en vida que deben caer en tierra y morir para dar fruto. Hoy celebramos a San Agustín de Hipona. Su Santidad de vida es fruto de la oración y súplica constante de su madre. Nacido en Tagaste (Norte de África) el año 354, es hijo de Santa Mónica, cuya memoria celebrábamos ayer, y de un pagano converso de nombre Patricio. Durante su juventud se desvió de los caminos de la Fe en que le había instruido su madre.
Imbuido en los placeres terrenales, y dentro de esta vida sin rumbo en que se hallaba sumergido, abraza el maniqueísmo, convencido de que en ella hallaría la verdad. Esta doctrina errónea fue difundida por el persa Manes, quien defendía la oposición entre un Dios Bueno, dando también a Satanás categoría de dios creador de todo lo malo. También aceptaban la reencarnación. Todo esto introdujo a Agustín en un vacío, que terminó en su conversión, gracias a los ruegos de su madre.
El cambio viene cuando se encuentra en dicha etapa de experimentar la oscuridad, sin que nada le llene. Fue cuando vio la Sagrada Escritura y una Voz le decía: “Toma y lee”. En la Pascua del año 387, se hace bautizar por San Ambrosio de Milán. A partir de entonces vuelve a su tierra natal donde llevará una vida contemplativa. Elegido Obispo de Hipona, fue un pastor ejemplar que profundizó en el estudio de Platón y de los pensadores de la antigüedad greco-latina.
De esta forma combatió las herejías de su tiempo, siendo un baluarte de la Fe y la Tradición Cristiana. Entre sus muchos escritos filosóficos y teológicos, destaca La Ciudad de Dios en el que habla de Iglesia del Cielo y los creyentes en la tierra, y el Libro de “Las confesiones”, que es una autobiografía de su conversión. San Agustín de Hipona muere el año 430.