San José Pignatelli

Los Santos siempre viven la renovación de todas las cosas en Cristo. Su paso por al tierra ha supuesto dejar que Dios a través de ellos revitalice las cosas. Hoy nos acercamos a un Santo español: San José Pignatelli. Zaragoza vería nacer en 1737 a este hombre emparentado con los Pignatelli, una dinastía de origen italiano, de la que procede el Papa Inocencio XII. 

Su infancia transcurre en Nápoles, donde su hermana ha de hacer las labores de madre, puesto que ésta muere cuando José cuenta con tan sólo cuatro años. Zaragoza, Calatayud, Tarragona o Manresa son los lugares donde se formará, pasando primero por los jesuitas. Allí estudiará Filosofía y hará el Noviciado. 

Cuando ejerce su ministerio en la capital zaragozana, le tocará sufrir el decreto de expulsión de la Compañía de Jesús. Es cuando ha de seguir haciendo su apostolado en otros lugares como Civittaveccia, Córcega o Cerdeña, en Italia. 

No obstante, será en Bolonia donde pase la mayor parte del tiempo –veinticuatro años-, dejando una huella de profunda vivencia sobrenatural, así como un trato sencillo y lleno de bondad con las personas. Queda un pequeño residuo de la Compañía en Rusia con un conocimiento verbal que hará Pío VI. 

Aunque no vea el día en que el Pontífice Pío VII restaure nuevamente los jesuitas, su labor será decisiva en este proyecto. En el horizonte la Providencia le asiste para que dé la impronta del Espíritu en la revitalización del carisma de Ignacio de Loyola. En su mente se situaba la idea de que para que la Congregación fuese restaurada, era necesario un periodo de prueba y tribulación como así sucedió. Nada cae en saco roto. San José Pignatelli muere en el año 1811.