San Juan de Capistrano

Dios siempre nos refuerza con su presencia para evitar cualquier dificultad en nuestra vida. Hoy recordamos a San Juan de Capistrano. Siempre se sintió fortalecido por la Providencia. Nacido en Capistrano (Italia), en 1835, fue hijo de un caballero, al que conoció poco, puesto que murió a temprana edad. 

Pronto marcha a estudiar a Perugia, cerca de Asís, de donde sería gobernador, luchando contra la corrupción y el soborno. Tras ingresar en los Franciscanos, al principio le pusieron a prueba, dándole los cometidos más humildes. Discípulo de San Bernardino de Siena, del que aprenderá la Teología, destaca por sus dotes de predicador, siendo Diácono. 

A los 33 años se ordenará, incrementando sus predicaciones como un auténtico misionero por Italia y otros países, invitando a la conversión. Muchos jóvenes, sintieron la llamada a la Vida Consagrada, gracias a sus exhortaciones. Sin embargo, la Cruz siempre le acompañó, sobre todo cuando al predicar contra la usura fue perseguido y calumniado. 

Pero, ante estas dificultades, si por algo se caracterizaba era por ser un defensor de la paz y la unidad, así como su firme obediencia al Papa como Vicario de Cristo, y Pastor de la Iglesia Universal. Infatigable misionero, muere cuando marcha a Croacia enviado por el Papa en el año 1456, el que siempre había dado todo en bien de la unidad de la Iglesia, luchando contra errores doctrinales.

Por ejemplo como el husismo, que preparaba el camino a la herejía luterana. Juan Huss era un sacerdote checo que, en su formación, decía que la verdadera Iglesia era la espiritual. La humana tenía un papel ficticio según él. Esto fue el preludio de la Reforma Protestante.