Madrid - Publicado el
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La vida de los Santos siempre muestra el afán de Dios de llegar hasta los confines de la tierra. Hoy celebramos a un Apóstol que llegó a los confines de la tierra: El Papa San Juan Pablo II. Karol Wojtyla nace en Wadovice (Polonia) el año 1920. Su familia es muy católica y él se verá imbuido de esa Fe. En pocos años pierde sucesivamente a su madre, su hermano y su padre.
La ocupación nazi deporta a muchos. Entonces el joven Karol cursa estudios. Cuando se cierra la Universidad, trabaja en una cantera minera y en una fábrica, sufriendo lo que es la tiranía nazi, por un lado, y el régimen marxista, por otro. También promueve un grupo de teatro clandestino. Mientras tanto caen en su manos unos libros de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.
La lectura continuada despierta su vocación al Sacerdocio. Tras su ingreso en el Seminario y cursar los estudios eclesiásticos, se ordena sacerdote. Forjado en la pastoral con inmigrantes polacos de Francia, Bélgica y Holanda, también retoma sus estudios de Ética y Moral. Fue nombrado sucesivamente obispo auxiliar y arzobispo Titular de Cracovia. Pablo VI lo creó cardenal.
Y a la muerte del Juan Pablo I es elegido Papa con el nombre de Juan Pablo II el lunes 16 de octubre de 1978. Su Pontificado ha supuesto una aplicación del Concilio Vaticano II con sus innumerables viajes que le han hecho ser misionero de esperanza. Su preocupación por los sacerdotes y los fieles han sido la constante de su Ministerio.
Muchos han sido los Documentos que ha escrito. Uno de los grandes frutos que inició Pablo VI y él consolidó han siso las Jornadas Mundiales de la Juventud. No faltaron dificultades como en el atentado de 1981 cuando sobrevivió milagrosamente, algo que atribuyó a La Virgen de Fátima. San Juan Pablo II muere en 2005 y por su dilatado ministerio se le llamó “el magno”.