Madrid - Publicado el
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Existen jornadas que son una réplica de la Pascua de Resurrección. Hoy es la Solemnidad de Todos los Santos. Recordando a San Pablo, Cristo fue Primicia y luego los demás. Por eso cada 15 de agosto es la Pascua de María con su Asunción y Glorificación y el 1 de noviembre la Solemnidad de Todos Los Santos, que es la participación en el Triunfo de Cristo.
Con ella celebramos a quienes han llevado una vida de Fe y rectitud en el anonimato y ahora gozan de la Paz de Dios en el Cielo, aunque se desconozcan sus nombres. El Apocalipsis recuerda esa multitud que nadie podría contar que procedían de toda raza, lengua, pueblo y nación. Oriente vivía desde tiempos primitivos un día dedicado a los Santos desconocidos.
El año 610 el Papa Bonifacio IV consagró el antiguo Partenón Romano a la Virgen María y a los Santos Mártires. Así incluía a todos los mártires porque su número superaba los días del calendario, ya que eran innumerables y era imposible poner uno cada jornada. También se consagró una Capilla Vaticana la Virgen y los Santos Mártires
Poco después pensaron que era bueno incluir a quienes no eran mártires pero habían alcanzado esa Gloria. En la Corte Carolingia, surge un gran teólogo llamado Alcuino de York que pensó en la posibilidad de poner una celebración especial para toda la Iglesia. En el siglo IX el Papa Gregorio IV la fijó cada 13 de mayo siguiendo el calendario de la Iglesia Oriental.
Pasado el tiempo se pensó que podría ajustarse al final del Año Litúrgico, antes de comenzar el Adviento. Por ello se puso el 1 de noviembre, tal y como ha llegado a nuestros días. Los Santos del Cielo son la Iglesia Triunfante a la que como Iglesia Militante que peregrina esperamos llegar un día.