SANTORAL 10 JUNIO
Dos fiestas en honor de la Virgen por Pentecostés: María Madre de la Iglesia y el Rocío
Hoy celebramos dos fiestas de gran devoción mariana. La primera la instituyó el Papa Francisco y la segunda tiene tradición desde el siglo XV en España
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Las madres siempre son importantes en la vida de una familia, hasta el punto de que tienen su puesto principal en los acontecimientos más relevantes. La generación de un hijo en el seno materno ya es un papel fundamental y, a partir de ahí, aparece en los momentos trascendentes. La madre aconseja y apoya. Aunque se encuentre en la sombra, siempre se encuentra detrás de cualquier situación que tenga el hijo.
Y este es el Papel perfecto que tiene la Virgen María en la vida de los cristianos, por lo que el Papa Francisco introdujo desde 2018 que el lunes después de Pentecostés se celebrase a la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia. Su fiat -"hágase"- le presenta como Llena de Gracia cuando el Arcángel San Gabriel le brinda el Plan Salvador de Dios y Ella lo acepta.
Su humildad, que plasma en el Cántico del Magnificat cuando visita Isabel que le saluda como "Bendita entre las mujeres y Bendito el fruto de su vientre". Su interiorización ante los pastores, los Magos y la profecía de Simeón. Su condición de fiel custodia junto a San José, su esposo, en la pérdida del Niño en el Templo. Su intercesión en las Bodas de Caná.
Su condición de fiel discípula cuando el Señor dice que Ella es Bendita por acoger y cumplir la Palabra de Dios en su vida. Su papel de Corredentora en la Cruz y su perseverancia en la oración a la espera de Pentecostés orientan hacia el mosaico que hay en el Vaticano en honor de este Título y con las palabra Totus Tuus, el lema pontifical de San Juan Pablo II.
Y a este Título, se añade otra Advocación muy concurrida en el suelo español: Nuestra Señora la Virgen del Rocío. El hallazgo en Almonte de la Imagen de la Virgen intacta entre espinos en el siglo XV por un hombre del pueblo cercano, es un toque de atención para que se edifique por allí un Templo en su honor que, con el tiempo, ha cristalizado en la Ermita del Rocío.