Fieles Difuntos: el día que rezamos por nuestros familiares fallecidos

No se puede entender esta jornada sin la celebración de ayer. Este día se trata de un momento para recordar a la Iglesia Purgante en la Conmemoración de los Fieles Difuntos. Partiendo de que Dios quiere la Salvación de Todos los hombres y que no quiere la muerte del pecador sino que se convierta de su conducta y que viva.

Pero como destaca San Agustín “Dios que te creó sin ti no te salvará sin ti”. Por ello,  aquellos que han muerto en pecado leve y sin terminar ese pecado van al lugar de purificación, que es el denominado Purgatorio. Y a esas almas popularmente se les denomina las benditas ánimas y para ellas se insitituyó esta jornada.

Ya en el Antiguo Testamento, Judas Macabeo hizo una colecta para orar por los difuntos esperando la Resurrección. De lo contrario hubiese sido inútil y ridículo rezar por ellos. También, en el siglo X, un abad muy profundo que profesaba una tierna devoción a la Virgen, que gobernaba el Monasterio Benedictino de Cluny San Odilón,contribuyó a la celebración de Todos los Santos el 1 de noviembre.

El caso es que, un día vio en la oración un volcán en el que se oían los bramidos de los demonios furiosos porque la oración por los fallecidos arrebataban muchas almas al maligno y las conseguían para Dios.

Fue entonces cuando San Odilón luchó por poner esta conmemoración. Al principio en las abadías benedictinas y después consiguió que se viviese en todo el orbe cristiano unido a los Santos.

Una tradición que requiere que desde el día 2 de noviembre hasta el 10 se haga la novena de ánimas. Pidiendo así, que se termine su estancia en el Purgatorio y vayan al Cielo para que pidan allí por nosotros, los que peregrinamos en esta vida hacia Dios.