Lunes Santo: Autoridad de dar y recuperar la Vida
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Siempre el Señor muestra la meta de la Felicidad Plena. Pero para llegar hasta esa situación hay que vivir también la aspereza del camino donde no nos falta su Gracia en las dificultades. Hoy es Lunes Santo. Es el momento de que se muestre la fuerza de la Cruz donde el mundo es juzgado como reo y el Crucificado exaltado como Juez Poderoso. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los amigos.
Así ha de quedar al descubierto los sentimientos de los hombres, como en casa de Lázaro. Es el eje del Evangelio de hoy donde después de resucitarle Cristo a la vista de todos, les ofrece una cena. El sentimiento de María, su hermana, que le unge con alabastro la cabellera y el escándalo farisaico de Judas que no entiende el fondo de la cuestión: “A los pobres siempre les tendrán, pero el Maestro no siempre estará con ellos”.
Aquella mujer le unge porque intuye que la situación contra el Maestro se estrecha y quiere perfumarle en signo de cercanía. El Sanedrín, al enterarse decreta hacer desaparecer a Lázaro porque por su culpa muchos judíos creían en Dios. Las profecías de estos días aluden a la impiedad del Pueblo Elegido. Dijeron los impíos razonando equivocadamente: “Talemos el árbol en su lozanía”. “Atropellemos al Justo que se opone a nuestras acciones y sus obras son puras”.
“Sometámoslo a la prueba de la tortura y la afrenta”. Recuerda también el Salmo: “Al verme se burlan de Mí. Hacen visajes meneando la cabeza. Acudió a Dios que lo ponga a salvo. Que lo libre si tanto lo quiere”. “Pero Tú Señor eres mi fuerza. Ven corriendo a librarme”. El Lunes Santo, entre dentro de la Cuaresma y se llama Lunes de Autoridad porque queda patente la Palabra del Señor que recuerda su poder para dar la vida y para recuperarla.