Martes Santo, el acercamiento a los discípulos cobardes

La Providencia va diseñando el camino que ha de tomar el Siervo de Yavé para sufrir el desprecio y salvarnos, según lo previsto en su Plan. Hoy es Martes Santo, tercer día de la semana Santa. Poco a poco se aproxima la Hora en que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de los gentiles para que lo torturen, crucifiquen y muera, resucitando a los tres días. Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?

En todas las dificultades vencemos en Aquel que nos ha amado. Todo esto recuerdan las Sagradas Escrituras. El Cenáculo, que nos presenta el Evangelio, es el lugar del Sacrificio Anticipado, pero también el anuncio de la traición: “Uno de vosotros me va a entregar”. Lo dice Jesús conmovido a los suyos. Pedro ve que Juan, que se llama en el Evangelio el discípulo amado, está muy cerca del maestro y le pide por señas quwe averigüe de quién se trata.

Así se pone al descubierto lo que hay en cada corazón, porque el diablo ya ha metido a Judas, hijo de Simón Iscariote y uno de los Doce que se sienta a la mesa, la idea de entregarlo. Precisamente cuando Jesús le da el trozo de pan untado en señal de amistad. Él se lo come y entra en su vida el Maligno. Pero al mismo tiempo, se muestra la cobardía de los otros discípulos, como en el caso de Simón Pedro. El pesacdor se pone como ejemplo asegurando al Maestro que dará la vida por Él.

Cristo le dice: “Simón, Simón antes de que el gallo cante esta noche, me habrá negado tres veces”. El color morado, sigue estando presente en la Liturgia de estos días penitenciales que nos guían hasta la Pascua. El martes Sdanto tiene también un nombre en la preparación al Misterio Pascual. Se llama “martes de controversia”. El motivo es que se recuerda el enfrentamiento de Cristo con el Sanedrín y los guías de la Ley, que no aceptan su autoridad ni sus preceptos.