Natividad de Nuestro Señor Jesucristo

Tal y como señala el evangelista San Lucas, en el Pasaje del Evangelio que escuchábamos la pasada noche en la Misa del Gallo, cuando a María se le cumplió el tiempo del parto, dio a luz a su Hijo Primogénito y lo envolvió en pañales en un establo, porque la posada les había cerrado todas las puertas. Hasta allí acudieron unos pastores que pasaban la noche y fueron avisados por un Ángel del Cielo que les anunció la feliz noticia del Nacimiento del Mesías. Los visitantes contaban admirados cómo en torno al Mensajero del Señor se le unió la corte celestial que alababa al Dios de lo Alto, que envía la paz a los hombres de buena voluntad. 

El origen de esta celebración no es fruto de una cristianización de las fiestas romanas del sol invicto, sino que en su origen el Emperador Aurelio el año 274 intanta desprestigiar la celebración de la Natividad del Salvador el 25 de diciembre y aprovechando que el sol empezaba despuntar ( por esa el dolis natalis) y que los días iban creciendo después del solsticio de invierno, puso fiestas en honor del sol. Lo que se hace en el siglo IV es recristianizar esta vivencia quedando en la Liturgia asumida esta Solemnidad como la más importante después de la Resurrección del Señor.

Hoy también da comienzo la Octava de Navidad ya que al ser la segunda de las Fiestas más importantes los 8 días hasta el 1 de enero se viven como si fuese el propio día 25. Así se prolongaeste periodo navideño hasta el 7 de enero, Fiesta del bautismo del Señor.

Iconografía: Estos días cobra especial relevancia el Misterio del Nacimiento con el Pesebre en el portal el Niño en la cuna, la Virge, San José y el buey y la mula.