El Santo de hoy: Nuestra Señora de la O, esperanza nuestra

Desde los inicios del Adviento, la Iglesia en España tuvo mucha parte desde el Concilio de Zaragoza en pedir que se viviese dentro de la Comunidad Eclesial. También nuestro país desde su sentir cristiano pidió la Definición del Dogma de la Inmaculada Concepción. Hoy, IV Domingo del Tiempo de Adviento, celebramos a Nuestra Señora, La Virgen de la O. Este Título también se conoció como “El día de Santa maría” y actualmente “La Espectación ante el Parto”.

La Sagrada Escritura recuerda que la Creación entera gime toda ella con dolores de parto ante lo que le sobreviene, al referirse a la esperanza. “Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de Mujer, para rescatar a los que estaban bajo el peso de la Ley”, recuerda San Pablo en sus Cartas. La historia nos lleva al año 656 en el X Concilio de Toledo. En él se destacó la sublimidad e importancia del Misterio de la Encarnación del Señor.

Una Solemnidad que, por cierto, no se celebra como mereciese ya que se instauró el 25 de marzo, nueve meses antes de diciembre en que, lógicamente, tiene lugar el Nacimiento de Cristo. Los participantes en la Asamblea Conciliar señalaron que la Cuaresma, o la misma Pascua eclipsaban este día tan señalado. Por eso, para completar la festividad pidieron que se fijase otra memoria Mariana. Así se llevó a cabo.

Asumiendo esto cuando llego a la Sede Primada, fue San Ildefonso quien promovió a Santa María de la O. Entonces se fijó que dicho Título se hará cada 18 de diciembre, ocho días antes de Navidad. De esta forma se completará la Anunciación a La Virgen. Un título basado en las antífonas de estos días en el rezo litúrgico de Vísperas: ¡Oh Enmanuel! ¡Oh Llave y Cetro de la Casa de Israel! ¡Oh Adonai! ¡Oh Sabiduría esperada desde antiguo!