San Antonio María Pucci, cuidador de niños enfermos
Madrid - Publicado el
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La presencia de Dios que ha mostrado su Gloria y ha plantado su tienda entre nosotros, ha tocado el corazón de muchos que han alcanzado la Santidad imitándole en su Vida de amor a los demás. Hoy celebramos a San Antonio María Pucci que fue un pastor entregado a los demás por la causa del Reino. Nace en Toscana (Italia), en 1819. Hijo de familia humilde, le ponen por nombre Eustaquio. Siempre ayudó a su padre en el oficio de sacristán atendiendo la Iglesia.
Esta curiosidad se hizo una llamada porque pasado un tiempo de trabajos en el hogar y otras labores, sintió que Dios le encauzaba al sacerdocio. Entonces se acercó a los Servitas -los Siervos de María Santísima-. Ordenado sacerdote, se implicó más en el carisma de esta Orden Mariana que data del siglo XIII. Desde sus Ordenación cambio su nombre, dejando de llamarse Eustaquio para pasar a ser Antonio María. Nombrado Párroco en Viareggio, destacará por su espíritu fervoroso.
De sa oración y trato con el Señor surge su cercanía pastoral y humana con los niños y los necesitados. Desde ese momento le llamaron el “Curatino”, apelativo cariñoso que significa “curita”. Como el Pastor conoce a las ovejas, tuvo el don del conocimiento con cada uno de los fieles. Por ello ideó una manera de atención y formación a las almas, como muy cercano a lo surgido años más tarde con la Acción Católica.
Puesto de forma especial en las Manos de la Providencia, sigue su impulso para fundar las Manteladas de Viareggio. Las consagradas de esta nueva Orden, se ocuparon de los niños enfermos. De ese contacto con el Señor brotaba ese momento de ir por las casas llevando él mismo, personalmente, víveres para los más necesitados. San Antonio María Pucci, muere en 1892 tras cuidar a los enfermos de una epidemia de cólera.