El Santo de hoy: San Bernardo de Corleone, de carácter duro a apóstol de dulzura

San Bernardo de Corleone: de carácter duro a apóstol de dulzura

Jesús Luis Sacristán

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San Francisco de Asís hizo aquella oración donde pedía a Dios que fuese instrumento de su paz, poniendo amor donde hubiese odio y pacificase los lugares en guerra. Esto fue lo que tuvo que invocar especialmente San Bernardo de Corleone, que conmemoramos hoy. De nombre originario Filipo, nace en el pueblecito de este mismo nombre, en Sicilia, el año 1605. Su familia era eminentemente fervorosa.

Él mismo tuvo un gran amor al Señor Crucificado y a La Virgen. De joven se dedicó al oficio de zapatero. No obstante, como nadie es perfecto, salió su gran fallo: un carácter fuerte y agresivo. Prueba de ello es que un día discutió con otro hombre y de la discusión llegaron a las manos. El resultado es que Filippo le hirió gravemente y tuvo que huir. Librado de la justicia humana sintió graves remordimientos por lo que pensó en la pérdida de tiempo que había sido su vida hasta ese momento.

Con esta realidad imbuida de gran Fe, pero quebrada en la vida práctica de cada dia, decide entrar en un Monasterio y hacer penitencia. Tras ingresar en los capuchinos de Caltanissetta se cambia el nombre de pila por el de Bernardo. Su anhelo de cambiar, dejándose guiar por la Providencia dio sus frutos y quiso ser un humilde trabajador en la Viña del Señor por lo que ejerció de cocinero del Convento.

A ello se le unió un espíritu de caridad y generosidad, repartiendo comida a los más necesitados. Dados los ratos de Oración ante la Eucaristía, estos le dulcificaron hasta el punto de sanar a muchas personas teniendo el don de hacer milagros. También consolaba a los tristes y fue una persona muy humilde. San Bernardo de Corleone muere abrazado al Crucifijo, al que siempre había querido muy especialmente, en el año 1667, en Palermo.