San Camilo de Lelis, descubridor de Dios en los enfermos

Siempre se ha dicho que los enfermos son las pupilas de Dios. A ellos se han dedicado muchos carismas y espiritualidades de todos los tiempos. Hoy, Domingo XV del Tiempo Ordinario, precisamente celebramos a San Camilo de Lelis. Su trayectoria estuvo marcada por descubrir muy especialmente a Dios presente en los enfermos que había a su alrededor. Nacido en Abruzos (Italia), en 1550, siguió la carrera militar como su padre.

Pero la aparición de una pequeña enfermedad, le obliga a abandonar el ejército, ingresando en el Hospital de Santiago, donde, además de recuperarse, ayudó a los enfermos. Después de un tiempo donde estuvo alejado de Dios, como el hijo pródigo, también siente la necesidad de convertirse como en la Parábola. Tras intentar ingresar en un Convento franciscano, la aparición de las úlceras que tuvo en la infancia, hicieron que fuese expulsado.

La misma situación que se repitió cuando intentó entrar en los religiosos capuchinos. De nuevo, en el Hospital de Santiago, fue nombrado asistente general, mientras se reponía de su dolencia. Pronto contactaría con San Felipe Neri, al que tomó como Director Espiritual en su camino hacia le sacerdocio. Al ver la ingente masa de peregrinos que llegaban a la Ciudad Eterna, los hospitales no estaban capacitados para atender a los enfermos.

Así funda una Comunidad de Religiosos dedicados por completo a este carisma. Dentro del mismo se trataba a los enfermos como si fuesen el propio Jesucristo que les pedía su ayuda y atención, profundizando así, en el Amor a Dios y al prójimo. Estaa Comunidad sería preparada con sus mejores colaboradores y se llamarían los Camilos, también llamados Siervos de los Enfermos. San Camilo de Lelis muere en el año 1614.