San Casimiro

Renunció al matrimonio para vivir en continua consagración a la Virgen y tuvo que hacer frente a epidemias que asolaban la humanidad

San Casimiro

Redacción Religión Jesús Luis Sacristán

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En este periodo cuaresmal lo más importante es profundizar en el sentido de la Cruz de Cristo que nos debe llevar hasta la aceptación de las dificultades y contratiempos como Cristo Luz, que vino a su casa y los suyos no le recibieron. Hoy es la memoria de San Casimiro, cuya vida está marcada por los sufirmientos y contradicciones. Nace en Cracovia, zona sur de Polonia, el año 1458.

El santoral de hoy, jueves 4 de marzo

Su procedencia de una familia de estirpe real, profundamente religiosa, hace que reciba una esmerada educación cristiana. Además tuvo otras dos personas que le marcaron en su vida. El Padre Juan y el profesor Calímaco. Ambos coincidieron en destacar las virtudes que adornaron el alma santa de Casimiro.

Con el deseo de agradar a Dios, el joven príncipe vivió con mucha sencillez en palacio, algo que causaba admiración en los demás. Por la mañana solía despachar con su padre los asuntos del reino, para dedicarse por la noche a adorar al Santísimo Sacramento, al que tenía una profunda devoción. Tampoco faltaban en los momentos de oración, una profunda reflexión en torno a la Pasión y Muerte de Cristo. Y gracias a ese trato sobrenatural, descubría a Dios en los pobres, con los que se gastaba en grandes obras de caridad.

Hasta tal extremo llevaba el mandato evangélico de quien quiera ser el primero que se haga el servidor de todos, que no se mostró nunca orgulloso, sino todo lo contrario. Renunció al matrimonio para vivir en continua consagración a la Virgen. También tuvo que hacer frente a epidemias que asolaban la humanidad. En plena juventud, enfermó de tuberculosis, muriendo en 1484 y dejando en todos un grato recuerdo de bondad y pureza de corazón.

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