San Vicente, diácono y mártir de la antigüedad
Madrid - Publicado el
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España desde la antigüedad ha brindado a la Iglesia multitud de Santos. Desde los primeros retazos de la Historia de nuestro país se habla de la presencia de la Fe cristiana. Hoy celebramos al Diácono San Vicente. Los libros siempre le ha situado como el mártir más antiguo de los que se conocen en España. Cuando ejercía el Diaconado en Zaragoza, su tierra natal, el Gobernador Dacio mandó detenerle junto al Obispo Valerio.
El magnate romano se había informado de que Vicente era un gran cristiano y, por eso, le hizo apresar. Así pensaba equivocadamente que daría un escarmiento a los cristianos. Los romanos entonces, les condujeron encadenados a Valencia, hasta que les llegó el momento de presentarse ante el juez para procesarles. Dada la dificultad que Valerio tenía para expresarse, Vicente habló en nombre de los dos.
En sus palabras se notaba la Promesa de Cristo al garantizar en el Evangelio “Cuando os lleven al tribunal no seréis vosotros los que habléis. El Espíritu os sugerirá lo que tenéis que decir”. Pero este coraje y seguridad molestó al Procurador, quien se llenó de ira y rabia. Fruto de su venganza, decretó el destierro para el Obispo, mientras a Vicente le azotaron, hiriéndole también con otros instrumentos punzantes. No contentos con eso le metieron en la cárcel.
Allí le pusieron dentro de una celda que contenía vidrios rotos con intención de prolongar los sufrimientos. Después de morir echaron su cadáver a los buitres, con la intención perversa de llevarle al anonimato. Sin embargo, Dios intervino, sirviéndose de un cuervo que impidió que fuese devorado. Viendo que no surtía efecto su deseo, Dacio le arrojó al mar, llegando el cuerpo a la costa, siendo recogido por una viuda piadosa que lo sepultó.