SANTORAL 20 OCT
Magdalena de Nagasaki: heredó de su familia el martirio ...y la santidad
Magdalena perdió a sus padres y hermanos, que prefirieron morir a renunciar a Jesús. Jesús le dio una nueva familia, y Magdalena le siguió hasta el cielo.
Madrid - Publicado el
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La Fe en Japón muchas veces florece a base de persecución y martirio como el derramamiento de sangre de Santa Magdalena de Nagasaki que celebramos hoy. Verdaderamente la tierra de Pablo Miki y compañeros mártires ha hecho crecer santos de renombre. Magdalena nace en los lugares aledaños de Nagasaki.
Los cristianos vivían con dificultades su fe, pero en el caso de ella no porque sus padres eran cristianos de clase humilde. No pudo gozar de su compañía mucho tiempo. Fueron capturados y martirizados siendo ella muy pequeña. Y la misma suerte corrieron sus hermanos. La soledad parecía adueñarse de Magdalena. En medio de esta tragedia, le llegó una "familia" nueva a la isla. Eran los agustinos que acababan de arribar en Japón.
El bien que le hicieron fue inmenso. Hasta tal punto, que hizo su opción de consagrarse como terciaria agustina. Ese era su testimonio. Gracias a ello, hizo mucho bien a los demás. Su oración, su lectura espiritual y el apostolado entre las personas marcaron sus señas de identidad. Tanto bien no podía pasar desapercibido. La caridad y la devoción la delataron como cristiana y sufrió persecución como sus padre.
Al principio, se refugió con los religiosos y otros seglares en las montañas de Nagasaki. Pero, un día, los dos agustinos fueron delatados y apresados. La gente se asustó y la situación jugaba en contra de la Fe, porque muchos de ellos por miedo preferían apostatar de creer en Cristo antes que morir. Magdalena se llena de valor y va a ver a las autoridades. Cuando se delata como seguidora de Cristo, intentan hacerle entrar en razón con promesas que no podrá rechazar. Magdalena no se echa atrás y da un paso más reafirmándose en el seguimiento de Dios. Al ver esto sus enemigos le infrinen grandes toruras hasta matarla.