El día en el que nació nuestra Salvación

Hoy es el día en el que se ven colmadas las esperanzas porque la promesa hecha desde Antiguo ha alcanzado su culmen. Ya los Profetas habían anunciado que el Pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande. Esa luz les brilló. Esas profecías anunciaron que en Belén de Efratá saldría un jefe que sería el Pastor de Israel, el Pueblo de Dios.

Según cuenta el Evangelio, Augusto manda desde Roma un censo en todas las Provincias. José ya estaba preparado para el feliz alumbramiento de María y ahora la situación cambiaba. Había que ir a Belén. La caminata no era segura y más en el estado en que se encontraba la Virgen. Seguramente habría que buscara alojamiento para ellos, sobre todo porque María ya estaba a punto de dar a luz. Pero no fue fácil.

Las casas de Belén estaban repletas y ver así a aquellos parientes no les enternecía como para abrirles la puerta. Al final han de ir a la zona de pastores cerca del pueblo. Ahí esperan y la Virgen da a luz.

Es el momento en que Dios ha plantado su tienda entre nosotros. El Niño es llamado Jesús. Cuando ha transcurrido el parto purísimo un Ángel avisa a los humildes pastores que ven lo jamás sospechado. El Mensajero Divino les anuncia la llegada del Mesías y los coros angélicos alaban al Dios del Cielo deseando la paz en la tierra para todos los hombres que ama el Señor.

En la Misa del Gallo, en la medianoche, se lee el Pregón de Navidad que sitúa el contexto histórico del número de las olimpiadas griegas, del tiempo que lleva la fundación del Imperio Romano, los años transcurridos desde que Dios creó todo. En ese ambiente es cuando el Verbo de Dios se hace carne.

La celebración del Nacimiento de Cristo se remonta a los primitivos tiempos. Es Juliano el apóstata quien tras abandonar la Fe y perseguir a los cristianos paganiza las fiestas en honor de Saturno y en el siglo IV se vuelven a recristianizar pero no como a veces se ha creído una celebración de  ese momento sino que ya existía antes. Al empezar el tiempo de Navidad, los 8 primeros días se viven como si fuese el mismo 25 por lo que se celebra así hasta el 1 de enero la Octava de Navidad.