San Lesmes

La Venida del Señor abre la Puerta a la Salvación desde los diversos carismas que han surgido a lo largo de los tiempos. Tanto la vida consagrada, el laicado cristiano, o la familia forman parte de esta senda salvífica. Hoy nos acercamos a uno de esos Santos que vivió su santidad en la senda de la contemplación: San Lesmes. De origen francés, nace en el siglo XI, en Loudin. Su familia es noble y adinerada.

El santoral de hoy, sábado 30 de enero

La verdad es que con ellos tenía la vida resuelta. Consideraciones iba a tener las que quisiera y en la pobreza no se iba a ver precisamente. Pero Lesmes se fija en un Pasaje de la Sagrada Escritura. Concretamente está tomado de la carta del Apóstol Santiago. Aquí dice que “todo el que quiere ser amigo de las cosas materiales, termina haciéndose enemigo de Dios”. Palabras que no caen en saco roto dentro de su corazón, sino que le hacen reflexionar.

En este periodo de interiorización descubre que su vocación está en la vida contemplativa dentro de un Monasterio. Pero para clarificar esto siente la necesidad de peregrinar a Roma. Puesto en marcha se cruza en su vida el Monasterio Chaise de Dieu -Casa de Dios-. Ahí traba amistad con otro Santo, San Roberto. Su corazón se llena del espíritu conventual aunque toma la opción de viajar a la Ciudad Eterna como había previsto por si Dios le pide otra consagración diferente, o le marca un lugar distinto de ese.

Tras pisar el umbral de San Pedro y San Pablo descubre que el Monasterio que había conocido era el lugar en el que le ponía la Providencia. De esta forma a su vuelta ingresa en él siendo maestro de novicios con gran fruto. En él repara Constanza de Borgoña, esposa de Alfonso VI. Su fama de Santidad hace que ella le pida que viva su carisma, saltando fronteras, en Burgos. Lesmes acepta y funda allí un Monasterio del que será abad hasta el año 1097 en que muere este abad francés afincado en tierras burgalesas y Patrono de Burgos.