San Bonifacio

Entregado al estudio y a la formación espiritual, destaca por su sabiduría hasta el punto de ser condecorado como maestro en Teología

San Bonifacio

Redacción Religión Jesús Luis Sacristán

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“Os odiarán todos por mi causa y porque no han dado crédito a mis palabras”. Son las palabras del Señor en el Evangelio vaticinando las luchas de sus servidores a lo largo de los tiempos como ha pasado y sucederá. Hoy celebramos a San Bonifacio, testigo en su propio ser de todo esto. Nacido en Wessex (Inglaterra) el año 680, fue un gran cristiano dentro del mundo anglosajón. Cuando tenía tan sólo cinco años, decidió irse a vivir con unos monjes que habían llegado a aquella zona, petición a la que accedieron sus padres, dos años más tarde.

En plena adolescencia, ingresa en el Monasterio de Nursinling, Diócesis de Winchester como Benedictino. Entregado al estudio y a la formación espiritual, destaca por su sabiduría hasta el punto de ser condecorado como Maestro en Teología. Sin embargo, mayor será su carrera hacia la santidad alentando la vida del espíritu. Así se iba preparando a la tarea que el Cielo le tenía encomendada, secundando la llamada del misionero Willibrordo, en Frisia –actual Holanda-, para anunciar el Evangelio de Jesucristo.

El santoral de hoy, sábado 5 de junio

Puesto al servicio de Dios en la persona de su Vicario, el Papa Gregorio II, marcha a Frisia donde le quieren hacer Abad, cargo que rechaza, siendo trasladado a Alemania, donde será Legado Pontificio. Su predicación alienta a los cristianos y logra el florecimiento de más comunidades, lo cual impulsa la difusión de la Fe. Sin embargo, algunos grupos de paganos, contrarios a la Doctrina cristiana, organizan una persecución, matando a Bonifacio y cincuenta y tres compañeros más. Su cuerpo fue sepultado en Fulda.

Cuenta la tradición que, apoyándose en el Profeta Isaías que anuncia la Venida del mesías Salvador, concretamente en las palabras “brotará un renuevo del tronco de Jesé”, este Santo planta un árbol como cristianización de lo que es el abeto navideño. De esta forma el árbol tiene arriba una estrella que es Dios que ilumina y que se adentra en la savia del abeto que es la humanidad y abajo se pondría el Niño Jesús queriendo decir que a través de la genealogía humana Dios irrumpe en la historia del hombre para salvarle.

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