La falta de más refuerzos en la Línea de la Concepción y el gran número de atacantes hizo que los agentes tuvieran que huir y dejar escapar a los traficantes con la droga. Los coches patrulla sufrieron numerosos desperfectos por los ladrillazos y pedradas recibidos. Dos guardias y un policía sufrieron heridas leves