'Solidarios por un bien común': así es el trabajo de la Iglesia con los migrantes en Huelva
Cáritas Huelva trabaja para atender las necesidades básicas de los migrantes en los asentamientos de Huelva que han llegado a ser hasta 400
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Huelva es la provincia española que más migrantes recibe y las cámaras de TRECE se han adentrado por primera vez en los asentamientos cercanos a las zonas de invernaderos donde malviven más de 3.000 personas. Allí es crucial la labor que realiza Cáritas Huelva con los miles de individuos que viven en la zona de Mazagón en condiciones insalubres. Jóvenes, en su mayoría, que pagaron una gran suma de dinero por un viaje en patera en el que habían depositado todas sus esperanzas. Unos sueños que se truncaron tras chocar con las dificultades para regularizar su situación y acceder a un puesto de trabajo. Personas que comparten chabolas sin luz, agua corriente ni saneamiento.
En esta primera entrega del nuevo programa de TRECE, 'Solidarios por un bien común', descubrimos cómo es el trabajo de Cáritas Huelva con estos migrantes que tanto agradecen su labor. Personas como Susana y Chonchi, de Cáritas, trabajan con ellos atendiéndoles en sus necesidades más básicas: ropa, alimento, higiene. Se trata de un proyecto que nació hace 30 años desde la Parroquia Nuestra Señora del Carmen. Hace una década llegaron a atender a más de 400 migrantes, ahora estiman que dan servicio a 80.
Pero, por supuesto, nada de esto sería posible sin la labor de voluntarios como Angelita, que lleva décadas colaborando con Cáritas porque para ella, la gente a la que atiende “es mi bien más preciado”, aunque en ocasiones al llegar a casa se le salten las lágrimas. La búsqueda de empleo para los migrantes es una de las prioridades de Cáritas, y para ello cuenta con la ayuda de empresarios como Eugenio que lamenta que, con la legislación actual, la única forma de regularizar a un trabajador es a través de un contrato de un año, algo que en el campo no siempre es posible. Eugenio advierte de que esta situación alimenta un “caldo de cultivo de contratación ilegal muy peligroso”.
Cáritas llegó a atender hasta a 400 migrantes y ahora dan servicio a casi 100
Susana es otra de las voluntarias que trabajan con Cáritas: “Les damos de desayunar y que tengan un lugar para asearse. Las chabolas están a unos ocho kilómetros de Mazagón, en zonas boscosas, cerca de las plantaciones. Vinieron a Huelga para buscar un empleo. Viven en chabolas sin luz ni agua”.
Las condiciones en las que viven son infrahumanas en los asentamientos: “Los ayuntamientos deben colaborar también. Estamos luchando por que tengan acceso a servicios básicos como el agua. Esperemos que se arregle su situacion y vengan en otras condiciones. La solución no es meterles en centros como si fueran delincuentes una vez que saltan la valla”.
Además, demandan que los estos migrantes cuenten con una información veraz y adecuada cuando llegan a nuestro territorio: “Casi todos llegan engañados, pensando que al llegar a España tendrán la documentación cuando no es así”, precisa la voluntaria.