"Como dijo el rey, hay que estar muy atentos a la desinformación"

El Gobierno viene advirtiendo en los últimos días, y en esto con razón, del riesgo que supone dejarse llevar por noticias falsas, en palabras del rey en Paiporta, por la desinformación que ha surgido tras esa tremenda catástrofe ocasionada por la gota fría. Se entiende que esa preocupación de la que habla el Gobierno se debe aplicar, se debe tener en cuenta, sea cual sea el origen de la desinformación.

Por ejemplo, en los últimos días ha corrido la especie de que en las horas clave en las que se estaba desencadenando esa tragedia, fue casi imposible contactar con el presidente de la Generalitat Valenciana, que estaba en una comida y que supuestamente no respondía a ninguna llamada. Primero fueron los medios más afines al Gobierno quienes publicaron esa noticia, y después, como es tan habitual, algunos ministros, en este caso muy significadamente la vicepresidenta Ribera, ahondaban en eso, hablando de las dificultades para contactar aquel día con Mazón. Y, sin embargo, hoy, el presidente del Gobierno ha reconocido que él no tuvo ninguna dificultad para contactar con Mazón aquel día, de manera que ha echado por tierra la palabra de sus propios ministros.

Ahora bien, lo cierto es que atendiera o no las llamadas, hoy es bastante evidente que aquel día esa comida no era el lugar más apropiado para que estuviera el presidente de la Generalitat Valenciana. Eso hoy resulta evidente y hemos hablado largo y tendido de esa comida. En cambio, se ha hablado menos de dónde estaban el resto de responsables con competencias en la detección, en la prevención, en la alerta y en la respuesta ante una gota fría. El propio Pedro Sánchez, por ejemplo, ¿dónde estaba Pedro Sánchez? Se encontraba en un momento de agenda privada en su viaje a la India. ¿O Ribera? La vicepresidenta Ribera, responsable del ministerio del que dependen la AEMET, es decir, las previsiones meteorológicas y las confederaciones hidrográficas. Con alerta roja declarada en buena parte del territorio, ella estaba en Bruselas, sin agenda oficial y su número dos estaba en Brasil. La queja más repetida por los afectados de la DANA es que les han dejado solos y la verdad es que entre los responsables, aquel día, no estuvo casi nadie.

Pero hablábamos inicialmente de la necesidad de intentar no atender, no dejarse llevar por los bulos, por la desinformación que ha surgido tras esa catástrofe de la DANA. Por ejemplo, el presidente del Gobierno, tras los altercados en Paiporta, en los que él abandonó la comitiva mientras el rey y la reina se quedaban, los actos violentos fueron cometidos, decía allí mismo el presidente, por marginales extremistas: “No nos vamos a desviar, pese a lo que pueda suceder con algunos violentos absolutamente marginales”. En un momento de tanta dificultad, con esos actos violentos completamente reprobables todavía recientes, se puede llegar a conclusiones equivocadas. Pero es que al día siguiente su ministro del Interior, ya mucho más en frío, con toda la información que se le supone a un ministro del interior, ahondaba en la misma teoría. Grupos violentos, extremistas, decía Marlaska, organizados: “Esos grupúsculos marginales pero violentos, que evidentemente eso debe ser objeto de la mayor de las condenas”.

Es más, ya la semana pasada, con las primeras detenciones, que nada tenían que ver con ese perfil, el presidente Sánchez insistía. Los actos violentos los habían protagonizado, extremistas, decía además, perfectamente organizados. A estas alturas, la Guardia Civil, que llegó a movilizar a su unidad de élite en la lucha contra el terrorismo para esa operación, ya descarta que tras esos altercados completamente reprobables haya grupos extremistas organizados. Y entonces, ¿ahora qué? A lo que ha venido diciendo el Gobierno, ¿cómo le llamamos? Como dijo el rey, hay que estar muy atentos a la desinformación.